EOR y la Iglesia se equivocan

El obispo Reig (EOR), ve visiones y, además, la Iglesia católica (LIC), se equivoca. EOR imagina una “revolución de género para acabar con la familia cristiana”. Cosas del delirio. Hombre de Dios, nadie va a acabar con la familia cristiana. Los valores que dominan nuestra cultura están inscritos en las cadenas genéticas con caracteres cristianos.

    30 may 2012 / 11:23 H.

    Lo que usted llama “género”, reduciendo la complejidad sexual a una mera cuestión de morfemas, no va a atentar contra la familia, se lo aseguro. Tanto lesbianas (feministas o no) como homosexuales se constituyen en parejas civiles y, si los dejaran, se casarían por la Iglesia, pues una gran mayoría es creyente y ha sido criada en los boatos de la ceremonia. No es una familia de hombre-mujer clásica, pero, al fin y al cabo, es familia que, ayudada por la escuela concertada, implantará los mismos valores en sus hijos. Al igual que muchos matrimonios o parejas heterosexuales (creyentes o no), también desean formar una familia. Y lo mismo la monoparental, o la de los solitarios, que hay solteras y solteros de toda la vida, el cura mismo, la misma monja, que no forman familia, pero pertenecen al espacio creado por la onda expansiva de esta gran familia cristiana irradiada a lo largo y ancho de la historia. Si LIC se dejara de remilgos ético-estéticos, y permitiera la unión cristiana de homosexuales y lesbianas (que también son hijos e hijas de Dios) aumentaría su poder, que no es poco. Con la reproducción asistida ocurre lo mismo: hace posible que los individuos estériles amplíen la familia tributaria. Cuando los mongoles dominaron las áreas rusas, allá por el siglo XIII, situaron a la Iglesia en un lugar privilegiado, liberada de tributos y conservando sus propiedades. Eran mongoles, pero no gilipollas. LIC española está guarecida por la misma “Formación Tortuga” de Bankia. El escudo formado por la aportación de los contribuyentes, las leyes y los acuerdos, protege sus 100.000 inmuebles y los 45 millones de IBI que no pagará, los 250 millones de IRPF y los 465.605.380 de euros que la Administración General del Estado le ingresa (sin contar las aportaciones de las Comunidades Autónomas). Ni EOR, ni LIC tienen nada que temer. Lo tienen todo bien atado. Hasta las corporaciones locales cuentan con una Virgen como alcaldesa mayor, loada por familias de poetas cristianas. No, hombre de Dios, no tenga miedo. Lo único que le recomiendo es que si lo echan de Alcalá por homófobo no pida traslado a Jaén, porque aquí, si la tradición del siglo XV continúa (ver revista don Lope de Sosa, año 1913, página 258, “De cómo entró en Jaén el señor don Alonso Vázquez de Acuña”), en su nombramiento, los miembros del Cabildo tendrán que besarlo en la boca.
    Guillermo Fernández Rojano es escritor