Entrevista.-Manolo García: 'La música de mestizaje es lo que he hecho siempre'
Ignacio Frías /Jaén
Manolo García recalará, mañana jueves, 11 de junio, a las diez de la noche, en el Auditorio de La Alameda de Jaén, en la gira que realiza por una treintena de municipios de España y que se titula Saldremos a la lluvia, segunda parte.
—¿Recuerda la última vez que cantó en Jaén?
—El año exacto no lo recuerdo, pero sé que fue hace tiempo, hará siete u ocho años. Lo que sí me acuerdo es del sitio y de que estuve muy a gusto. No salí por la puerta grande, pero fue muy bien. Son tantos los conciertos que hago que es difícil retenerlos.
—¿Qué espera de este reencuentro con el público de Jaén?
—Que tengamos una buena noche y que el público lo pase bien. La música es un vehículo de comunicación que sirve para olvidar penas, para acercar alegrías, para reír, para llorar, para expresar sueños, para tener nostalgia. Quiero que la gente pase una noche bonita, eso es lo que procuro en esta y en todas las giras.
—Una turné con 30 conciertos programados, los kilómetros de carretera y la forma de moverse en el escenario en el que, literalmente, deja la piel, debe de requerir de una preparación física y mental excepcional que le permita estar a tope.
—No. Yo ni pretendo ser deportista, ni batir ninguna marca de resistencia física. Lo que tengo es un respeto absoluto por el público y muchas ganas de hacer giras. No las hago por hacer, sino que a mí me gusta hacer conciertos. Soy nómada por naturaleza. De hecho, en esta segunda parte de la gira voy a ciudades a las que no pude ir el año pasado, como es el caso de Jaén, Burgos, Valladolid, Ávila... Además, me gusta visitar las ciudades y conocer sus monumentos, hacer un poco de turismo, tomar un vino, una cerveza, una tapa y palpar la vida real, alejada de los moldes. Eso es lo que voy a hacer en Jaén.
—En esta gira incluye bastantes conciertos de aforo reducido.
—No me gusta la idea de hacer una gira corta de cuatro o cinco conciertos grandes, con miles de personas. Yo siempre he preferido, a ser posible, espacios medios o pequeños. Quiero que la gente, durante las dos horas del concierto, quede encandilada, ya que vienen a disfrutar conmigo. El tiempo que voy a pasar en el escenario en Jaén, sé que me lo voy a pasar bien. También me gusta mucho salir a la carretera y para mí, Jaén, es un motivo de alegría.
—¿Sabe que los Baños Árabes de Jaén son, en su género, los mejores conservados de Europa y que el Museo Provincial tiene la más amplia colección de escultura ibérica de España?
—No lo sabía y ese es un tema que me interesa. Lo que recuerdo de la última vez que estuve en Jaén es que subí al Castillo y estuve todo el día dando vueltas, porque me gustan mucho las piedras antiguas. También me interesa muchísimo todo lo relacionado con la cultura árabe, el tiempo de dominación de Al-Andalus. Aunque nací en Barcelona, tengo familia en lo que antiguamente fue el Califato de Córdoba.
—Saldremos a la lluvia es un disco que lo grabó en Creta (Grecia). ¿Tiene previsto abrirse a otras influencias musicales?
—Siempre digo que el núcleo central de mi trabajo es la música popular. Soy un músico popular y mi escuela es el rock. Me gustan grupos como Radiohead o Nirvana. Y también me gusta mucho el rock&roll de guitarra. Hay bandas antiguas que son un legado de buen hacer como Janis Joplin, Jimmy Hendrix o Led Zeppelin. Yo, a la hora de hacer música me gusta tener una singularidad y también beber de diferentes fuentes y viajar, moverme en lo sonoro y en lo estético. Por eso, para hacer este disco he viajado a Creta y con el anterior estuve en Brasil. Pero no pretendo hacer música griega o brasileña. Como digo, me gusta el rock y, en el fondo, todas mis grabaciones son rockeras. El caso de Creta fue una experiencia novedosa, porque no había estado nunca. También fue muy aleccionadora por la forma que tienen los músicos griegos de tocar los instrumentos.
—En todo caso se trata de una especie de música de fusión.
—Sí, es una música de mestizaje, que es lo que he venido haciendo siempre. He buscado una mezcla de sonoridades para hacer esta música.
—¿Se ha planteado alguna vez volver a las raíces de El Último de la Fila?
—No veo el por qué. No creo que a nadie le guste retroceder. A mí tampoco. Me gusta avanzar, caminar y mirar hacia adelante y no desandar el camino hecho. Lo que estuvo bien, estuvo bien. Es muy buen recuerdo el que tengo del grupo. Ahí ha quedado un legado de siete discos y un montón de conciertos y de giras de los que yo guardo muchísimos buenos recuerdos, pero ya está. Fue un grupo muy digno, en el que éramos muy trabajadores. Quimi Portet está llevando a cabo una propuesta suya personal, está grabando periódicamente discos en catalán, trabaja prácticamente en Cataluña. Él está muy contento con su tarea y yo estoy muy contento con la mía.
—De todas formas, El último de la fila es el legado que dejáis, como Janis Joplin o Jimmy Hendrix dejaron el suyo.
—Ja, ja, ja. Esa comparación me honra.
—¿A qué cree que se debe que, ahora, un número muy considerable de grupos esté volcado con los conciertos y las giras?
—Hay una respuesta que todos conocemos. No a todo el mundo le gusta hacer giras. Pero el tema de los discos ha quedado en una derrota absoluta y la gente ya no se gana la vida vendiendo discos, con lo cual, todo el mundo sale a la carretera. Los que, como yo, tienen la suerte de haberlo hecho siempre con gusto, con ganas y placer, no sufrimos esa circunstancia. Yo he llegado a hacer hasta 111 conciertos sin parar, semana a semana y eso me enorgullece, es una muestra de que a mí me gusta el directo.