01 jun 2014 / 22:00 H.
Me pregunto dónde está el límite entre emprender y molestar. Soy totalmente partidario de que los locales de ocio proliferen por la ciudad, más en el casco antiguo. Dan vida al centro, generan negocio y ofrecen alternativas al turista. Pero, por favor, que lo hagan cumpliendo todas las legalidades. Lo que no puede ser es que por el bien de la ciudad, unos cuantos tengamos que sufrir las deficiencias de insonorización de los establecimientos, cómo la gente se reúne a las puertas del local y los cierres bien pasados los horarios legalmente establecidos. Emprendedores sí, por supuesto, y cuántos más mejor, de eso no hay duda, pero cumpliendo siempre todas las legalidades que haya que cumplir. Porque hay vecinos que tenemos derecho a descansar, a dormir por las noches y a disfrutar de la tranquilidad de nuestros hogares.