ENCARNA PÉREZ: “La radio me ha dado momentos maravillosos”

Esperanza Calzado
Mucho se habla de los grandes profesionales de sectores como la arquitectura, el arte o, por ejemplo, el periodismo. Pero hay gente anónima que con esfuerzo y mucha ilusión ha conseguido tocar el corazón de las personas. Es el caso de Encarna Pérez, una vecina de Jaén que, desde hace más de treinta años, colabora con los medios de comunicación.

    05 jul 2009 / 10:20 H.

    Confiesa que el periodismo es la gran pasión de su vida junto con la escultura y asegura que seguirá ejerciendo ambas profesiones hasta que el cuerpo le diga basta.
    Las dos principales profesiones de su vida han sido el periodismo y la escultura. ¿Cómo empezó su andadura en los medios de comunicación?
    —Llevo más de treinta años colaborando con diferentes medios, hasta la fecha, que escribo en este mismo rotativo Diario JAEN. Comencé en la Cadena Ser y estuve muchos años. Después me pasé a la Cope, donde también estuve mucho tiempo. En los dos sitios me he sentido muy querida y he aprendido mucho. Una de las mejores maneras para curtirse es participando en las tertulias. En aquella época hice muchas y presenté otras tantas, lo que me permitió adquirir mucho conocimiento sobre muchos aspectos de la vida. Y ahora lo agradezco. Pero además, no me ponía límites y me metía a hacer reportajes donde fuera, por ejemplo, con la Policía Local. La mayoría de las cosas que he realizado han sido programas de entretenimiento donde he intentado profundizar en la vida de las personas. Me he alejado de la prensa del corazón y me he centrado en asuntos de ámbito social. Ahora colaboro con el JAEN donde reconozco que estoy muy a gusto.
    —¿Quiénes son sus referentes?
    —En Jaén, sin duda alguna, son Juan Espejo, Lorenzo Molina y Juan Antonio Ibáñez. Todos fueron y son grandes profesionales que siempre me han dado lo que he querido y no me han puesto cortapisas.
    —¿Y cómo cree que están, ahora mismo, los medios de comunicación?
    —Hay para todos los gustos pero, sin duda, la televisión es la que está peor de todos. Yo no veo ningún programa con un buen periodista y se echa de menos. En el resto de medios de comunicación hay un poco de todo. Los hay muy buenos y otros que no lo son tanto como deberían.
    —Entonces, desde su perspectiva ¿cuál es el secreto para ser un buen periodista?
    —Deben tener vocación. Deben ponerle cariño, mucho cariño a la profesión que desempeñan porque de ellos dependen mucha de las cosas que pasan hoy en día y de la opinión que tienen muchos de los ciudadanos, porque diariamente leen sus artículos para poder estar informados de lo qué todo. El secreto es amar lo que se hace y tomarse su empleo con profesionalidad. deben pensar que han de hacer su trabajo lo mejor posible porque es su vida.
    —¿Qué ámbitos temáticos ha tocado durante su paso por la radio y la prensa?
    —Siempre he tenido un interés especial por las mujeres y defender su posición. La mujer debe realizarse en esta vida tan complicada y son admirables aquellas personas que trabajan dentro y fuera de casa.
    —¿Cuáles son sus principales inquietudes, profesionalmente hablando, aparte de su amor por los medios?
    —Mi segunda profesión es la escultura. A ella también le debo muchos de los momentos especiales de mi vida.
    — ¿Cuándo se inició en este oficio?
    —Hace 26 años que entré en la Escuela de Oficios y desde entonces no he parado, ni lo pienso hacer porque quiero trabajar hasta que el cuerpo aguante. Después pase al Instituto de Estudios Gienneses donde fui directora de un seminario de actividades artísticas culturales. De hecho, tengo el tercer Premio Nacional en Escultura. Es una de mis mayores aficiones y un momento muy especial fue cuando realicé el busto de mi padre. No lo conocí. murió cuando apenas tenía nueve meses y esa escultura es muy espacial para mí.
    —¿Cuál es su creación favorita?
    —Precisamente, el busto de mi padre. Preside el mejor espacio de mi casa y el verlo me hace estar un poco más cerca de él. Sin embargo, tengo mi hogar lleno de obras mías de toda clase.
    —¿Sus hijos siguen sus pasos?
    —Para nada. Tienen empresas que no están vinculadas con el arte, no tiene nada que ver con mi profesión. A mí no me importa porque comparto con ellos todos mis pensamientos y mis inquietudes y ellos me animan a seguir por este camino.
    —¿Qué opinan de que sea una mujer tan activa en su vida diaria?
    —La verdad es que no lo comentamos mucho pero sé que me apoyan. Yo siempre he estado sola, no he tenido hermanos ni sobrinos por lo que siempre he intentando mantenerme ocupada.
    —¿Piensa retirarse alguna vez?
    —Rotundamente no. No pienso jubilarme. Estas dos profesiones o aficiones, como se quiera llamar, me dan la vida. La radio me ha dado momentos maravillosos y, ahora, el Diario JAEN, también. En la escultura, mientras tenga fuerzas seguiré trabajando.
    —¿Y se marca alguna meta?
    —Hacer lo mejor posible mi trabajo diario.
    —¿Recuerda alguna anécdota especial?
    —Por ejemplo, el momento en que conocí a Lola Flores, hice una buena amistad con ella. Gracias al periodismo he podido conocer a muchísima gente como Bertín Osborne y a un sinfín de artistas.
    —Aunque llegó a Jaén con cuatro años y se puede decir que es jiennense, ¿qué recuerdos tiene de su infancia?
    —La verdad es que tengo muchos, pero siempre me tiró mucho el escribir. En el colegio odiaba las matemáticas y, sin embargo, me encantaba copiar los libros. Y esto con siete años y la gente se quedaba bastante asombrada.
    —¿Echa de menos su tierra?
    —Sinceramente, yo me considero jiennense, porque me vine con cuatro años. Pero de vez en cuando siento nostalgia. Mi pueblo es Torres de Juan Abad, en Ciudad Real, y cada vez que voy la gente sale a la calle para poder hablar conmigo y compartir experiencias y anécdotas de sus vidas.
    —¿Es cierto el refrán que dice que nadie es profeta en su tierra?
    —Pues en mi caso no. Me han dicho que van a hacer una exposición con todas mis esculturas. He sido pregonera de las fiestas locales y cada vez que hay un acontecimiento me invitan. Ahora, en el museo de Quevedo van a habilitar una sala que se llamará Encarna Pérez y donde estará expuesta, permanentemente, mi obra.
    —¿Va mucho a su pueblo?
    —La verdad es que no voy mucho, pero cada vez que lo visito se crea un gran revuelo entre los vecinos. A mí me enorgullece mucho eso y me hace sentirme querida.
    —¿Cuál es el sentimiento  o deseo que transmitiría a todos los lectores que hoy ven esta entrevista?
    —A mi me gustaría que la gente sea más noble y, como no,  que lean mucho. La nobleza me gusta mucho, no deben criticar antes de conocer a las personas.