Emprende e innova

Conocida la prórroga que desde Europa conceden a España para normalizar sus finanzas públicas, florecen políticas de crecimiento que derriten la austeridad de un largo invierno. Prueba de ello son las diferentes medidas de fomento del emprendimiento, como la Ley de Emprendedores del gobierno central, o el decreto de apoyo a autónomos de la Junta de Andalucía.

    04 jun 2013 / 10:41 H.

    Estas normas pretenden crear un tejido empresarial como alternativa al desempleo, y como fórmula para derribar las barreras que ocultan la economía sumergida. Sin embargo, no podemos perder el objetivo de hacer competitiva y sostenible nuestra economía, y para ello es fundamental crear valor. Sería un error si nos centramos exclusivamente en dar de alta como autónomos a miles de desempleados, sin crear canales que favorezcan la competitividad. Para ello es fundamental la innovación, el hacer algo nuevo, el asumir el cambio. No podemos salir de la crisis compitiendo con el vecino de al lado, sacrificando rentabilidad para obtener crecimiento, y a la larga, perdiendo valor a nivel empresarial. Nuestra provincia necesita de emprendedores que satisfagan nuevas necesidades, que se involucren en un concepto de economía global, y que incorporen procesos innovadores como factores clave para el sostenimiento. Se exige una mentalidad proactiva, que incite adelantarse a los cambios. De poco sirve destinar dinero público a fomentar iniciativas inviables por falta de competitividad, que condenen al ilusionado desempleado en una mayor miseria de la que vive. Los incentivos a emprendedores deben exigir la innovación como eje transversal de cualquier iniciativa, desechando aquellos proyectos que tras un estudio serio, no crearían más que una costra de empresas inviables, perjudiciales ya no sólo para el promotor, sino también para el mercado. No existe la vacuna que inmunice contra la crisis, pero de inventarla seguro que tendría como ingredientes la innovación y la cooperación que permita una visión conjunta de empresa. Poco sirve que alentemos a cada uno a hacer la guerra por su cuenta, a realizar la travesía en solitario, a que corra más que el vecino, cuando el objetivo está en llegar lejos. 

    Rafael Peralta es economista