Emporio de raíces alcalaínas
Calzados Beter es una cadena de la ciudad argentina de Paraná que hoy tiene once tiendas y noventa y cinco empleados. En el origen de este emporio estuvieron unos humildes zapateros de Alcalá la Real que emigraron hace prácticamente un siglo en busca de una vida mejor.
José Mesa, abuelo del ex presidente boliviano Carlos Mesa, no es, ni mucho menos, el único caso de alcalaínos que prosperaron después de “cruzar el charco”. Este es el caso de Francisco de la Torre y la Torre. Él y su esposa, la tosiriana Joaquina Román Santiago arribaron a Buenos Aires el 25 de mayo de 1910. Ambos, que no tuvieron hijos, se establecieron en Paraná, capital de la provincia argentina de Entre Ríos.
Francisco era un verdadero artesano y abrió un local llamado Zapatería La Esperanza para hacer calzado con las hormas que traía de Alcalá. En 1919 regresó a España y regresó al Nuevo Mundo con su sobrino, José María Benítez Montañez, hijo huérfano de una familia del Llanete de Vilches. El joven, de dieciocho años, se unió al negocio, que no paraba de crecer.
En 1930 el establecimiento se trasladó a la populosa calle San Martín. A la jubilación del fundador tomó, después de comprar el establecimiento a sus tíos a cambio de una renta vitalicia, el relevo José María Benítez, que se había casado con la barcelonesa Palmira Leonor Cecilia Martínez. El nombre actual resulta de fundir el apellido Benítez con el de Albino Terpín, un socio que, al cabo de unos años, dejó la actividad.
La empresa se había transformado considerablemente. En menos de cuatro décadas había pasado de ser un humilde taller de confección y reparación de zapatos a una moderno negocio que se expandió por la ciudad a través de numerosas sucursales. Uno de los hijos de José María Benítez, del mismo nombre, cogió las riendas y, en los setenta, se introdujeron en la compañía sus vástagos, nietos del aquel joven que emigró justo después del final de la Primera Guerra Mundial. Hoy Luis Fernando y José Luis están al frente de Calzados Beter. Sus descendientes que, en muchos casos trabajan con ellos, son la cuarta generación de zapateros con raíces alcalaínas, la quinta si se tiene en cuenta a Francisco de la Torre, don Paco como se le conoce en la sociedad.
“Nuestros abuelos fueron personas reconocidas socialmente y con un buen pasar económico. Conservaron su modo de hablar y costumbres y sus balcones se vestían con la bandera española los días patrios”, explica uno de los actuales dueños de la cadena, José Luis Benítez. De sus ascendientes destaca que don Paco murió con setenta y seis años y su esposa Joaquina, con ciento cinco, mientras que su abuelo, José María Benítez Montañez, lo hizo con setenta y ocho. La familia no ha perdido el contacto con Jaén y, de hecho, mantienen cierta relación con familiares en Torredonjimeno. José María Benítez hijo, hoy una persona de avanzada edad, visitó Alcalá hace una década. “Estuve allí hace dos años y conocí La Mota, de la que nuestro abuelo nos contaba mil historias. El Ayuntamiento probaba el equipo de audio —en referencia al centro de interpretación sobre la frontera— y me pareció magnífico lo que han hecho”, asegura José Luis Benítez. Añade que, en su estancia, recorrió el casco antiguo y obtuvo la partida de nacimiento de su abuelo “para saber los apellidos de los familiares”.
Juan Rafael Hinojosa / Alcalá