Ellas apuestan por el autoempleo

Para muchas es complicado dar los primeros pasos y montar su propia empresa. Pero al parecer, según explica desde la Asociación de Mujeres Empresarias de Jaén su presidenta, Carmen Rueda, cada día son más las mujeres que se deciden a iniciar su propio camino laboral por su cuenta a pesar de la actual crisis económica, sin esperar puestos de trabajo que en muchas ocasiones son precarios y entrañan unas condiciones que dejan mucho que desear. “Y se trata de personas que no van buscando ningún tipo de subvención, sino una forma de vida, y en ocasiones la única, a través de la que sacar adelante a sus familias”, manifiesta Rueda.

07 abr 2014 / 22:00 H.


El perfil de la mayoría de las mujeres que apuestan por convertirse en empresarias, según los datos que barajan desde la asociación, es el de personas que se encuentran en el desempleo. Pero no solo ellas, ya que en muchas ocasiones tienen también a su marido en las listas del paro también, por lo que son las que sacan sus casas adelante. Con respecto a la edad con la que suelen montar sus propias empresas, según los datos que manejan desde la asociación, oscila entre los 35 y los 40 años.
“La forma jurídica que normalmente utilizan es la de autónomo, y aunque muchas eligen como sector de actividad el comercial, en los últimos años se constata una mayor diversidad que no se queda solo en la peluquería o la estética. De esta forma, se encuentran consultoras o fabricantes de productos agroalimentarios, entre un amplio abanico de actividades empresariales. Otro tipo de sectores que no son para nada en los que nos tenían sectorizadas”, explica la presidenta de la asociación de mujeres.
Un dato que, sin duda, considera que se tiene que tener muy en cuenta. Sin lugar a dudas, son muchos los retos a los que se tiene que enfrentar el colectivo todavía, pero a pesar del tiempo que hace que se trabaja en él y de los esfuerzos que se realizan desde diferentes entidades y administraciones, tanto públicas como privadas, el más importante se mantiene, asegura Rueda, en la conciliación de la vida empresarial y familiar. “Las cargas familiares que tienen las mujeres a la hora de emprender un negocio es lo que más retos está empleando, porque muchas veces es la que tiene que hacer frente a la casa y a la empresa”, explica.
Precisamente ese es el objetivo principal bajo el que se puso en marcha la Asociación de Mujeres Empresarias de Jaén. El de equiparar a mujeres y hombres a la hora de encontrar un puesto de trabajo. “Además, es muy importante que siempre cuenten con el apoyo de una institución, que nunca se sientan desprotegidas a la hora de emprender, y que tengan un punto de encuentro para el asesoramiento o la formación que precisen”. El colectivo trabaja también en la rúbrica de todos aquellos convenios de colaboración que, de una forma u otra, puedan entrañar beneficios para las mujeres que se deciden por el autoempleo como la mejor opción para continuar con su vida laboral.
En la actualidad, son aproximadamente unas cuatrocientas las mujeres de toda la provincia que forman parte de la asociación, aunque, reconoce Carmen Rueda, todavía queda mucho trabajo por recorrer, y es que hay municipios en los que no se encuentra ni una sola socia.

Felisa Mora, empresa Valdetours: "Espero recoger algún día el fruto"

Felisa Mora ha tenido de siempre su propio negocio. Durante su juventud, una empresa de textil y taller de confección, pero según explica, con la crisis que sufrió el sector en 1993, como la mayoría de instalaciones de este tipo tuvo que cerrar sus puertas. “Estoy acostumbrada a ser independiente, y los trabajos que encontraba eran muy precarios, en los que ni tan siquiera me daban de alta. Estuve en un taller de empleo del que íbamos a formar una cooperativa pero yo no podía invertir tanto, así que pensando en la naturaleza de la Sierra Sur, donde vivo, se me ocurrió montar una empresa de turismo activo como la mejor opción”, afirma. Así, lleva dos años “de lucha” con Valdetours, tiempo en el que ha vivido rachas buenas y otras no tanto: “He pillado la crisis y que en la Sierra Sur no había ninguna figura de protección. Recientemente hemos recibido un certificado que nos sitúa entre las zonas que menos contaminación lumínica tienen, y espero que con eso comience a entrar turismo de fuera”. Su día a día se centra en la organización de rutas de senderismo, a pie, cuatro por cuatro o bicicleta, además de visitas guiadas al entorno o los alrededores, a municipios como Alcalá la Real. A ello suman la celebración de travesías o unas jornadas micológicas. Citas, todas ellas, en pleno contacto con la naturaleza con las que pretende dar a conocer la zona, “aunque es un trabajo de tiempo”. Una labor de “hormiguita”  que compagina con su vida familiar como puede: “Espero algún día recoger el fruto de lo que estoy sembrando”, manifiesta Felisa Mora.

Obdulia Tordecillas, Quesos La Pasiega: "Al final tienes tu recompensa"

La actividad laboral de Obdulia Tordecillas se ha desarrollado en el sector de la hostelería desde 2007 y en Mallorca, pero una vez que junto a su familia se quedaron en la provincia se decidió a hacer un taller de empleo relacionado con los quesos. “En un principio montamos dos socias y yo la quesería, pero al final a ellas no les gustaba y me quedé yo con mi marido y la ayuda de mi hija”, explica Obdulia Tordecillas. Un sector que, reconoce, no esperaba que le gustara tanto en un principio, “pero me sentía realizada con hacer el producto artesanalmente. No sabía nada de cabras, de leches, de quesos... fue una experiencia muy nueva. Pero descubrí que se me daba bien, el producto tenía calidad y aquí vamos”. Unas instalaciones que desde el principio han contado con una aceptación muy buena, a pesar de comenzar tan solo un año antes de que llegara la crisis económica. “Pero la verdad es que los quesos se están dando a conocer muy bien y gustan mucho. Ahora lo estamos exportando al extranjero, desde enero, y también están teniendo buena aceptación”, indica. Así, aparte de en España sus productos se pueden encontrar en Inglaterra. Eso sí, reconoce que no todo es un “camino de rosas” y, de hecho, en varias ocasiones ha pensado en “tirar la toalla”. Prácticamente no tienen horas, pero, asegura, no se quejan “porque en verdad es lo que te gusta, y encima es tu negocio”. Un duro esfuerzo de años en el día a día “pero luego tienes tu recompensa, cuando ves que a la gente le gusta y poco a poco, aunque no al ritmo que te gustaría, avanzas”. 

Rosario Rubio, centro de educación y psicología de Torredelcampo: "Yo quería iniciar una aventura"

Rosario Rubio lo tenía más o menos claro: “Quería iniciar una aventura”. Así, acabó su carrera en 2006 y el año siguiente lo dedicó a formarse un poco más, tras lo que en su casa probó para ver si realmente podía vivir de su propio centro de educación y psicología. “Poco a poco la gente fue conociéndome y, la verdad, estoy muy contenta porque en los tiempos que corren me va muy bien”, asevera Rosario Rubio. En este sentido, subrayó el apoyo que tuvo de sus padres, que en realidad fueron los que la animaron a que iniciase su propio camino. Los servicios que presta son de varios tipos, sobre todo tratamiento psicológico en adultos, jóvenes, infantil, dificultades de aprendizaje, apoyo escolar de Infantil, Primaria y Secundaria, problemas de lenguaje, orientación educativa para los padres, “y ahora estoy intentando abrirme camino por una nueva vía, junto a un experto de coach deportivo y empresarial, en un ámbito nuevo”. Una experiencia buena que, sin duda, recomienda, aunque sin obviar los esfuerzos que tiene que realizar: “Trabajar para uno mismo también tiene sus consecuencias. Te exiges y trabajas mucho más. Ahora por ejemplo que estoy embarazada y mis circunstancias han cambiado, he contratado a una psicóloga para cuando esté de baja, y me doy cuenta de todo lo que ahora mismo me estoy exigiendo. Porque en este trabajo tienes que adaptarte mucho al cliente. Y yo se cómo trabajo, y con este método me ha ido bien en estos años, por lo que pretendes que siga todo el mismo orden”, manifiesta.

Dioni Rodríguez, Raki: "Un negocio entraña sus riesgos" 

Natural de Solera, en Sierra Mágina, Dioni Rodríguez cuenta en la actualidad con un taller y una tienda de cerámica en Jaén capital. “Estudié en la Escuela de Arte y Cerámica, y la verdad que cuando acabé era bastante complicado encontrar un trabajo en el sector. Así que, si no lo montaba yo, lo iba a tener complicado”, manifestó Rodríguez. Así, poco a poco, ya son doce los años que tiene su propia empresa, de la que se siente más que satisfecha, aunque sin obviar los continuados “calentamientos” de cabeza: “Trabajas en lo que te gusta, pero el riesgo es continuo con la búsqueda de clientes o el intentar hacer cosas nuevas. Mucho más estresante que cuando tienes un trabajo fijo”. Una labor en la que, coincide con el resto de empresarias, está “de guardia” las 24 horas del día. La empresa se dedica a la fabricación y venta de todo tipo de artículos de decoración, lámparas, espejos, cuadros, murales indicativos, trofeos para carreras o esculturas para certámenes. Aparte, se dedica a dar clases e impartir talleres, cuya aceptación asegura que es buena. En este sentido, ha trabajado en el Museo Provincial de Jaén o en el monográfico de Linares de Cástulo,  aunque ante la ausencia de ayudas y subvenciones son muchos los talleres que hoy por hoy no se hacen. Ahora trabaja con asociaciones de mujeres por la zona de Sierra Mágina, y, en este sentido, ha estado en Arbuniel, Albanchez de Mágina o Jimena, donde realiza un taller. En resumen, una actividad que entraña sus riesgos, “aunque como es lo que me gusta se pasa volando”, así que se siente satisfecha.