Elías Espiñeira: "Me marcho del Real Jaén con la maleta hecha para volver algún día"

—¿Cómo se marcha de Jaén?
—Con una sensación agridulce. Contento con el trabajo, pero triste por el fracaso deportivo. Dejo la puerta abierta para el esperado retorno a otra categoría o para otro proyecto en el que pueda encajar una dirección general.

—¿Se va con el deseo de volver?
—En efecto. El trabajo queda hecho en cuanto a diez meses, pero no lo finalizo. Un trabajo así requiere, como mínimo, dos o tres años para poder afianzarlo. He hecho hasta donde he podido y creo que mi valoración es positiva, aunque la que vale es la que digan los demás.

—¿Entiende la decisión del presidente de prescindir del director general?
—Por supuesto. Igual que entendí la de traerlo y la de mantenerlo. Estoy encantado y dejo las puertas abiertas. Como me dijo el presidente, mantengo la maleta hecha porque, si se puede, le gustaría que volviese.

—¿Qué hará a partir de ahora?
—El mes de junio lo dedicaré a asuntos personales y familiares, y, a la vez, saldré al escaparate para buscar un nuevo lugar en el que pueda trabajar. Mis hijas comen tres veces al día y eso requiere que el padre trabaje.

—¿Cómo se encontró el Real Jaén y cómo lo deja?
—Me encontré un Real Jaén necesitado de planificación y de fijar varias cosas para conseguir una estructura mucho más sólida. Es decir, jerarquizar el funcionamiento y complementar cada área. Ahora lo dejo con una hoja de ruta. Hemos hecho cerca de 40 convenios con empresas, hemos visitado más de 30 colegios de todos los niveles, hemos creado un protocolo de actuación en las diferentes parcelas y hemos jerarquizado todas las decisiones. Aunque cambie la estructura y la organización, todo el trabajo realizado será muy aprovechable para el nuevo ejercicio.


—¿Lo mejor que le ha pasado?
—La experiencia de conocer otra forma de trabajar y de vivir. He intentado poner mi marca de agua en Jaén y, por el retorno que me llega, ha sido valorado.

—¿Lo peor?
—Con diferencia, el fracaso deportivo y no poder continuar, porque eso significa dejar un proyecto a mitad de camino. No jugar el play off ha sido el mayor fracaso y, en mi caso, ha sido la primera vez que en un club no conseguimos el objetivo básico.

—¿Qué futuro augura?
—El año que viene será complicado, porque en la mente de los aficionados perdura el recuerdo de haber pasado por una categoría profesional. Es conveniente que todo el mundo entienda que, visto el histórico del Real Jaén, el club ha pasado por categorías profesionales, pero no ha estado. Es distinto. Estar significa permanecer más de una temporada, cogerle el ritmo y conocer esa categoría para evitar los errores que conducen al fracaso. El Real Jaén está en Segunda B, que es el lugar en el que más tiempo ha estado. Tiene reputación y mucha nobleza, porque muchos jugadores quieren venir. Me queda la sensación de que todavía permanece esa idea de que se ha perdido algo por donde se ha pasado, pero donde no se ha estado.

—¿Su mensaje de despedida?
—Me gustaría acabar con una frase que he leído. “Nunca la historia puede alimentar el ansia de venganza, más bien habrá de ser el escenario donde se presente la tragedia de la cultura del perdón, pues la perfección es exclusivamente cualidad divina”. Es decir, hay que pasar página y saber aprender de los errores para no repetirlos. Le deseo lo mejor al Real Jaén; a su presidente, Rafael Teruel, una persona que actúa con rigor, y al director deportivo, Ramón Tejada, que tiene mucha ilusión. Cuando pase esta sensación de enfado, la afición volverá a estar detrás del equipo. Hay que tener fe.

27 may 2015 / 12:13 H.