El “umami” de Ajos Gallardo
"Umami” es el término japonés con el que se define el sabor peculiar de algunos alimentos.

Uno de ellos es el ajo negro, obtenido mediante la fermentación mediante un proceso en el que el tubérculo está sometido a calor y humedad durante un mes y medio. Se trata de un producto “estrella”, que no pica, repite ni deja mal aliento. De hecho, la sensación en el paladar recuerda al regaliz.
La empresa que se encarga de popularizar esta “delicatessen” en la provincia es Ajos Gallardo, de Jamilena. El responsable de Exportación de la firma, José Alberto Carrascosa, explica que se utiliza producto nacional sin aditivos. Por el momento, se vende en tarrinas de dientes pelados o en bolsitas de dos cabezas. “Con este artículo se multiplican por diez las propiedades del ajo convencional”, manifiesta Carrascosa, quien destaca el tirón entre la alta cocina y las tiendas especializadas.
La compañía jamilenuda ya está presente en la iniciativa Degusta Jaén Calidad y pronto estará en Degusta Jaén Eco, con el ajo negro como gran aliciente. Este género es tan apreciado que el consumidor final puede pagar en torno a cincuenta euros por kilo.
Por otro lado, Ajos Gallardo continúa con su proceso de creciente internacionalización. El tubérculo español llega a países europeos, entre los que se encuentran Polonia, República Checa e Italia, y comienza a introducirse en Australia y Brasil, sin cerrar las puertas a extenderse a otro mercados de alto poder adquisitivo, como Kuwait. De hecho, la filosofía de la empresa es reinventarse y buscar salidas para una situación en la que existe mucha competencia que, con frecuencia, saturan los mercados nacionales y extranjeros. Por eso, opciones como el ajo negro representan una posibilidad de progresar, dada la versatilidad y aceptación del producto.