07 jun 2009 / 09:36 H.
Las visitas de delegaciones de Estados Unidos y Egipto en los últimos días para conocer el servicio ferroviario español y, en concreto, los trenes de Alta Velocidad son significativas en cuanto modelo de referencia supone el citado sistema.En las últimas décadas, la apuesta por el popular AVE ha agilizado de forma notoria el transporte de personas y potenciado el trasvase turístico y comercial entre comunidades distantes. El salto cualitativo que supuso la llegada a Andalucía para las ciudades de Sevilla y Córdoba es evidente y, por este motivo, el resto de provincias pelean desde el ámbito político para conseguir, en el menor tiempo posible, conexiones con la alta velocidad. La voluntad política, en este sentido, es determinante para la realización de obras que requieren de una alta inversión. Entre los proyectados y los que están en cartera, España cruzará el siglo XXI en un medio rápido, seguro y menos contaminante que otras propuestas de transporte. En la provincia, el triste desmantelamiento del tren es un error histórico que no se supo atajar. En la actualidad, con un retraso que no repara agravios, se modernizan las conexiones de la capital jiennense. De hecho, el próximo día 15 entrará en servicio la lanzadera con el AVE que acortará la distancia entre Jaén y Sevilla en veintiocho minutos y, además, existen proyectos tan relevantes como el que conectará La Loma y Linares, que daría servicio a unos potenciales doscientos mil usuarios y favorecería a estas ciudades como destino turístico. Si, en el siglo pasado, el desarrollo industrial propició la llegada del tren a los grandes centros de producción, hoy, el camino será a la inversa, ya que una buena cobertura por carretera y tren posibilita la llegada de empresas que por la ubicación de la provincia, como entrada a Andalucía, tendrían una ventaja añadida. El compromiso político, por lo tanto, debería ser de ida y vuelta.