El tranvía como asunto
El PP confía en que el proyectado tranvía sea una madeja en la que el equipo de gobierno de la capital se enrede. Sufridores en carnes propias del desgaste que supone una obra pública en la ciudad, esperan con los brazos abiertos a capitalizar el rechazo y para ello no escatiman ni esfuerzos ni argumentos.
Bajo la premisa del pareado de García Anguita: “El tranvía le costará al PSOE la alcaldía”, esperan que el “regalo” de la Junta sea, al final, envenenado. Una vez decidida la apuesta por esta infraestructura, al equipo de Gobierno le conviene una detallada campaña informativa que ponga sobre la mesa las ventajas del medio de transporte, pero, también, las alternativas municipales a los problemas que generarán las obras de instalación. La argumentación en contra, no politizada, hace hincapié en los problemas de tráfico que generará y lo limitado del trazado planteado. Sobre esa primera objección tendrá que trabajar el equipo de la alcaldesa para que el nuevo invitado metalizado sume y no reste. En otros lugares, el tranvía motivó debates parecidos, pero, al final y en la mayoría de los casos, se integró en la piel de las ciudades para beneficio ciudadano. En la manera de integrarlo en Jaén estará la clave para saber si el mobiliario es funcional o decoración improvisada.
El PP de Jaén ya mueve pieza en internet en www.noaltranvia.es y para dar ejemplo Fernández de Moya y García Anguita son de los primeros en firmar en contra. Un lector me remite este montaje de los amigos del tranvía de Tenerife. Este camino divulgativo tendrá que trabajarlo, y mucho, el Ayuntamiento para convencer a parte de los detractores que sólo ven problemas en el tranvía.
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