El “tour” de los vertederos ilegales

Los estadounidenses, que no tienen casi rival en cuestiones de márquetin y de vender el producto, organizan “tours” tan llamativos como los de casas encantadas o de lugares donde hubo asesinatos.

27 jul 2014 / 22:00 H.

Si Jaén fuera una ciudad yanqui podría contar, quizá, con una atracción turística muy peculiar: la de los vertederos ilegales. Una ruta por distintas zonas del término municipal, tanto fuera como dentro del casco urbano, en las que particulares y empresas, de manera subrepticia, arrojan desperdicios de todo tipo. 

Una primera parada en este imaginario “tour” puede fijarse en los límites del barrio de Las Fuentezuelas. En las proximidades del polideportivo, en la rotonda donde confluyen la Avenida de los Aparejadores con la calle del Álamo, unos metros de terreno despejado, al margen de la carretera, son aprovechados por muchas personas para depositar allí todo tipo de materiales de desecho: colchones, una decena de pantallas de ordenador, baldosas y azulejos rotos o váteres, aparte de botellas y tarros de vidrio tiradas entre rastrojos que constituyen un peligro de incendio considerable.

El siguiente punto de “interés” se podría localizar en la carretera de Fuerte del Rey, sin salir de la capital. A pocos metros del puente desde el que se accede, aún cerca de la Avenida de Barcelona, se ven montones de escombros en el margen derecho de la vía. Pero el verdadero “tesoro” se halla más adelante, en un carril muerto entre olivares donde reposan centenares de kilos de basura de la más diversa índole: tierra, persianas, escombros de obra, sanitarios, pilas, cristales, plásticos, botellas, y un largo etcétera, repartidos en una veintena de montículos sobre el asfalto, algunos de los cuales aparecen medio quemados.

Aunque, sin duda, los polígonos industriales, por la profusión de empresas y por la escasa afluencia de “público” durante las horas no laborables, constituyen un auténtico filón para estos vertederos al margen de la ley. Buena muestra se encuentra en la calle Leonor Gutiérrez del “Nuevo Jaén”, donde materiales textiles, bolsas de contenido misterioso, tuberías y botes de aerosol descansan junto a aceras sin baldosas y arquetas en paradero desconocido.

Similar situación se atestigua en la calle Bedmar de “Los Olivares”, que cuenta, en la actualidad, con una especie de “mercadillo” donde el transeúnte puede hacerse con cintas Beta y VHS, casetes de Thalía o DVD de Bola de Dragón, aunque la mayor oferta está en los neumáticos: medio centenar se agolpan en las aceras entre vidrios rotos. Pero son solo algunos ejemplos. Hay muchos más.