El temor de todo un pueblo

Los vecinos de la pedanía de Campillo del Río lo tienen claro, solo con medidas de presión pueden poner el acento en un problema de vital importancia para ellos. La conexión de la población con Vados de Torralba tiene un puente de unos cien metros que se inunda con suma facilidad y que pone en situación de alerta a los vecinos cada vez que se producen fuertes precipitaciones. La otra opción de paso supone un rodeo de más de una hora para llegar a la vecina población que por el trazado más utilizado es de diez minutos. Ante este problema, los vecinos, cansados de que las administraciones no den solución alguna se encierran en las dependencias municipales del anejo. 

La impresión ciudadana es que hasta que no suceda una desgracia no se tomarán en serio la situación. De momento, en casi dos décadas de conflicto lo único que les queda claro es que la Subdelegación del Gobierno sostiene que la vía no es del Estado y la Diputación Provincial apunta directamente que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) es la responsable de la calzada. El subdelegado confirma esta relación con la CHG, pero como el que oye llover sostiene que eso no obliga a que se tenga que actuar en ella. Es decir, la misma tónica de enfrentamiento estéril que se empeña en la provincia en poner piedras en el camino de los ciudadanos. Si la titularidad está clara la Confederación con la Subdelegación a la cabeza debería desbloquear de una vez el asunto e implicar si cabe al resto de organismo locales y provinciales para afrontar el arreglo. Esto es lo que piden los ciudadanos que temen por su integridad cada vez que cruzan el río. Están unidos en sus reclamaciones y esa es la principal baza frente a la política.

 

 

 

    16 sep 2015 / 11:20 H.