El sueño de mi calle

Madre mía del amor hermoso! ¡No me lo puedo creer! ¿Estaré soñando? ¡Obras en mi calle! Sí, sí, esa calle de la que a veces os he hablado y en la que los charcos son ya parte del patrimonio de Jaén y sus aceras destrozadas van camino de serlo. Esta debió ser, además de la mía, la reacción de mis vecinos y vecinas al despertarnos la pasada semana con el ruido de las máquinas y los trabajadores con sus cascos. Que yo pensé que José Enrique me regalaba esta intervención a modo de despedida, como para que guardara un buen recuerdo de él (si es que es posible esto) Pero no, ¡qué va! Fue todo una simple ilusión, un sueño. Los señores de los cascos solo parchearon cinco o seis metros (soy mala para las distancias, lo mismo fueron siete o cuatro). Rellenaron tan solo los boquetes que había en la calzada de un lateral, solo unos pocos, no os voy a engañar, y estoy segura de que ha sido porque el barrendero en esa parte solo recoge piedras, que, por otro lado, son amplia diversión de las ratas (yo me las imagino jugando al fútbol con ellas, son como de la familia ya).

    03 dic 2015 / 20:18 H.