El suelo en Pozo Alcón aún "anda"

 

Lejos de remitir, el corrimiento de tierra que hace una semana se llevó por delante olivas y dos cortijadas continúa. El número de árboles perdidos supera los 3.000, las familias afectadas son ya media docena y se teme que, incluso, quede taponado el cauce del río Guadalentín. El Ayuntamiento busca ayudas públicas. Una lengua de tierra se llevó por delante fincas agrícolas, un cortijo y una nave de aperos en Pozo Alcón, hace justo una semana. Siete días después, este fenómeno, que en suma es un descomunal corrimiento del suelo, continúa, como admite el alcalde, José Amador Fernández. El lugar es conocido como Los Hondillos, está en la ribera del río Guadalentín, a unos 5 kilómetros del casco urbano. Allí, además de olivos, hay frutales y almendros, ya perdidos y bienes inmuebles irrecuperables. Uno de los afectados es Francisco Andrés Iruela García. Solo en su caso calcula una pérdida de unos 400 árboles, sin raíces por el corrimiento de tierra, y otros tantos que cree que correrán pronto la misma suerte. Entre dos hermanos de este poceño y otros vecinos, en total, media docena de propietarios, suman más de 3.000 olivas que solo pueden dar leña, al ser improductivas. A unos 150 euros por ejemplar, las pérdidas económicas pueden ascender a 450.000, sin contar los perjuicios causados por la imposibilidad de aprovechar el terreno agrícola y los destrozos materiales.

13 mar 2014 / 10:30 H.

 

El máximo responsable municipal poceño aclara que las administraciones públicas ya tienen conocimiento de lo sucedido y que les reclama su colaboración. “Hemos pedido ayuda a la Junta, a la Diputación y a la Subdelegación del Gobierno”, deja claro el regidor, que también está a la espera de conocer qué soluciones aportan los técnicos que inspeccionaron la zona. Los propietarios reclaman que la respuesta no se eternice, puesto que, en buena medida, su economía depende de los cultivos afectados. Hay otra preocupación, según los vecinos de Pozo Alcón, y es que el desplazamiento del terreno se lleve por delante algunas piedras, de grandes dimensiones, cuya caída tapone el cauce del río, que baja muy crecido. Aparte, la lengua de tierra cada vez está más cerca del Guadalentín, al haber acortado la distancia que la separaba hace una semana en torno a 30 metros, como explican testigos del suceso. En la ladera opuesta, también se registró otro pequeño desprendimiento, aunque de consecuencias mucho menos graves, tanto que pasó casi desapercibido. Para explicar lo ocurrido se apunta a distintas causas, desde los efectos de la erosión, a construcciones próximas y, la más extendida, las tremendas lluvias de los últimos días; ayer, de hecho, había precipitaciones en el municipio. Los informes aclaran que los movimientos de tierra pueden ser frecuentes. De hecho, muchos vecinos de Pozo Alcón recuerdan que esta parte del término es propensa a este tipo de episodios, tanto que, cíclicamente, en tiempos de fuertes aguaceros, generan movimientos del terreno.