El silencio de Baeza

Sucedió en Baeza. Dos inmensas sensibilidades poéticas, se encontraron, en sus calles. Aquel día la poesía, asistió feliz a la reunión de dos grandes de la literatura en castellano, Federico García Lorca y Antonio Machado. El profesor de francés del instituto, que ya era un eminente poeta, y el joven estudiante de filosofía y letras que junto a sus compañeros de facultad realizaba un viaje de estudios, tuvieron en nuestra tierra sus únicas reuniones.
Se trata de un encuentro del que no existen pruebas gráficas, ni celuloides ni fotografías, esos jueces actuales, sin cuya presencia nada parece tener existencia en nuestros días. Tan solo permanecen sobre aquella coincidencia, los testimonios, las descripciones, es decir las palabras, esas reveladoras espectadoras que tanto gustaban a Lorca y a Machado.
El profesor de francés enseñaba en aquel momento una lengua herida por la guerra, a los jóvenes estudiantes baezanos. Impresionó a Lorca el silencio de las calles, y una cierta melancolía que transpiraban los muros de la ciudad. Silencio del estío baezano de 1916, en el que los únicos sonidos que percibía la sensibilidad de Federico, eran los gritos de la piedra, las decoraciones de las grandiosas fachadas renacentistas que pregonaban melodiosas su belleza.
Ocurrió en 1916, ha pasado un siglo. Lejos, muy lejos de allí, sonaban los cañones que en plena desazón de la gran guerra, manifestaban el empeño suicida de Europa. El joven en viaje de estudios, y el poeta de moda, iniciaron, en aquel contexto, una cierta amistad (se dice que Federico, incluso, acompañó al piano el recitado de Don Antonio de su “Tierra de Alvargonzález”), que incluso llevó a Machado a escribir el rotundo y hermoso grito poético, “El crimen fue en Granada”, fruto de la conmoción que le produjo, años después, la muerte de Lorca.
Pero eso ocurriría en un futuro que en Baeza era todavía lejano e impensable. Aunque ahora sea histórico e irreversible. Ninguno de los dos sospechaba que veinte años después, la guerra se instalaría en estas tierras, para acabar, a tiros, con el silencio y con la poesía.

    03 dic 2015 / 20:19 H.