El Seprona investiga la muerte de peces en el Guadalquivir
La muerte de peces en el río Guadalquivir, a su paso por Mengíbar, es investigada por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Agentes del Cuerpo realizaron ayer trabajos de campo en la zona, como primeros pasos de sus pesquisas para determinar el origen de lo ocurrido. Los guardias civiles buscan posibles vertidos en el lugar, aunque todo apunta al rápido desembalse de la presa hidroeléctrica, necesaria para los trabajos de mantenimiento de las instalaciones. En cualquier caso, el Seprona ya tiene muestras de agua para su análisis y también decidió realizar a pie una inspección, río arriba, en busca de posibles indicios para determinar la causa con exactitud.

Los propios vecinos de Mengíbar fueron los primeros en dar este martes la voz de alarma y avisaron al Servicio de Emergencias 112 de la Junta de Andalucía. Los animales muertos ya han sido retirados y el cauce del río se encuentra ya limpio. El Ayuntamiento informó que pedirá explicaciones a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), ya que entienden que la acumulación de lodos prueba la falta de mantenimiento en el cauce del río. Es por ello por lo que la Administración local pedirá una limpieza exhaustiva para evitar más incidentes de este tipo. Esta central hidroeléctrica ocupa todo el margen del Guadalquivir a su paso por Mengíbar. Posee cuatro compuertas para controlar y aliviar el paso del agua. La balsa, creada para dar luz a la central, es ya muy antigua y el lodo se acumula en toda su extensión. Esto se debe, según denuncian los vecinos, a que ni ésta ni el río son drenados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, sin que el Ayuntamiento tenga responsabilidad en esta materia, como por error publicó este periódico. Por ello, según se asegura, cada vez que hay riadas o se abren las compuertas, la fauna de sus aguas se ahoga. Los testigos de lo ocurrido, sobre todo, pescadores que había en el paraje, hablan de la muerte de miles de peces, que se quedaron sin oxígeno en el lodazal que se convirtió el cauce en unos pocos minutos.