El sentido de la diferencia
Marte.
En una sociedad regida por el consumo y la libre competencia, si algo han aprendido grandes multinacionales, como, por ejemplo, Coca-Cola o Porcelanosa, y, sobre todo, la industria del lujo es que tienen que distinguirse de sus competidores para alcanzar una posición óptima en el mercado. En el arte occidental ocurre algo parecido y el cine no es ajeno. La última película de Ridley Scott es la prueba de que en la diferencia está el éxito.
La adaptación al cine que Drew Goddard firma de la novela El marciano, de Andy Weir, es un ejercicio soberbio de marquetin, esa práctica tan incomprendida como interesadamente denostada. En un momento en el que, en Hollywood, proliferan las películas de ciencia ficción y las incursiones en el espacio con propuestas tan brillantes, como Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) o Interestellar (Christopher Nolan, 2014), Marte alcanza la distinción a base de sentido del humor y de inteligencia, que, para el caso, son lo mismo.
Matt Damon se mete la escafandra de nuevo para encarnar al Robinson Crusoe moderno: un botánico en una misión espacial de la NASA que, tras una tormenta en el planeta rojo, es dado por muerto y abandonado por la tripulación que comanda la que también fuera su compañera de reparto en Interestellar, Jessica Chastain. Ese es el arranque de una cinta que conjuga el empirismo científico a lo CSI que está en el ADN de la mayoría de estas películas con la socarronería y el ingenio desbordante que derrocha el personaje al que da vida el que siempre será "el indomable Will Hunting". En un papel complejo con situaciones físicas y psicológicas límite, esto es lo que salva al protagonista de la desesperación y al espectador, de los lugares comunes en los que podría caer una película que tiene tres puntales fundamentales: la realización experimentada del cineasta de la inolvidable Blade Runner (1982) o de la oscarizada Gladiator (2000), una fotografía impecable y una playlist de éxitos de la música de disco que van desde el "Waterloo", de los suecos Abba, al "It's Raining Men", de The Weather Girls.
Esa banda sonora, la solvencia de unos actores entre los que brilla el que fuera un talentoso Míster Ripley y la agudeza de un guion que sabe alternar diálogos de conceptos físicos imposibles con silencios que se agradecen en los que el principal protagonista es el paisaje marciano son los puntos fuertes de una cinta genuina y divertida que, planteando situaciones que no resultan desconocidas, ha sabido encontrar lo que marca la diferencia. Esa que le ha permitido al mejor Ridley Scott conquistar la cartelera.
Título original: The Martian. Dirección: Ridley Scott Intérpretes: Matt Damon, Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Jeff Daniels, Kate Mara, Michael Peña, Sean Bean, Kristen Wiig. Producción: Twentieth Century Fox / Scott Free. Guión: Drew Goddard. Fotografía: Dariusz Wolski. Música: Harry Gregson-Williams. Género: Ciencia Ficción-Drama. Duración: 142 minutos.
