El señor Joan
Dice el jefecito de la CEOE que saldría más barato mandar a los funcionarios a casa, así se ahorraría papel y teléfono. Nada nuevo en sus palabras, siempre supo la liebre quien era el cazador. Lo que realmente saldría no solo barato, también rentable, es que todos los empresarios de este país hicieran lo que una minoría, es justo reconocerlo, hace, pagar a sus empleados de acuerdo a los convenios pactados, mantener las jornadas fijadas, dar de alta en la Seguridad Social a los trabajadores, cumplir con periodos de vacaciones y descansos, facturar todo con su correspondiente IVA y declarar íntegramente los ingresos obtenidos.
No sería descabellado pedir que dejasen de evadir sus fortunas allende nuestras fronteras, y aunque Rosell no hable de ellos, su existencia es más que evidente y sabida para los españoles. Otra realidad bien distinta tendríamos si la clase empresarial de España cumpliese tan siquiera de forma escrupulosa con la mínima regulación laboral existente. Este señor, amparado por su cargo es un impresentable. Que el patrón de patronos diga tal barbaridad no hace más que inhabilitarlo para el cargo que ocupa, claro que la palabra dimitir en España no existe. Si las centrales sindicales mayoritarias fuesen coherentes dejarían de sentarse en mesa alguna con este caballero. Querido Joan, el calentón te ha jugado una mala pasada, te has echado encima a los funcionarios por razones evidentes y has conseguido que todos los empresarios tengan que padecer una mala prensa por tus boutades.
Agente ferroviario
Manuel Pérez Perálvarez