El señor Artur Mas
Nicolás Galisteo Padilla desde úbeda. Comienzo mi carta diciendo, que ningún ser humano, por muy inteligente y muy bien formado académicamente o universitariamente, tiene la posesión de la razón o de la verdad, todos y todas erramos en la vida, ya que no somos máquinas programadas.
26 sep 2013 / 10:55 H.
Bajo mi punto de vista, quizás esté equivocado, pues soy un ser humano, no un ordenador programado, el tema de la posible independencia de Cataluña del conjunto del Estado español, eso es “jugar con fuego”, y el fuego devora todo lo que se encuentra a su paso, y si encima corre viento, aún más, se produce un total descontrol del mismo, y es impredecible el daño que puede ocasionar.
El señor Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña, bajo mi punto de vista, ha introducido un debate en la sociedad de Cataluña, y por ende en el conjunto del Estado español, diciendo que el está por encima de la Constitución española y las leyes, para proceder a convocar un referéndum en la región de Cataluña. Yo particularmente me hago las siguientes preguntas: ¿Ese es el único “problema de Cataluña? El señor Mas tiene una visión muy pobre de lo que es convivir en paz y en libertad —no libertinaje— donde cada uno haga lo que le venga en gana, sin atenerse a nada ni a nadie, estar por encima del bien o del mal. El señor Artur Mas está provocando un gravísimo enfrentamiento entre la región de Cataluña con el resto de comunidades autónomas del Estado español, tal como lo conocemos, puede crear un conflicto nacional e internacional (Europa).
Ya que si el Gobierno de España, en un hipotético caso de que le diera la autorización para celebrar dicho referéndum, caería en el despropósito más grande que haya ocurrido en la historia de España a lo largo de su trayectoria como país. Espero y deseo que no sea así, ya que el Gobierno central daría paso a que se produzca un desmoronamiento físico del Estado español, ya que jurídicamente crearía un precedente histórico, y por lo tanto sentaría jurisprudencia legal y constitucional, de permitir que una región se separe de un país. Cuando en el marco de la UNE, lo que trata es de unir a los países y las regiones del conjunto de Europa, y no a la disgregación. De lo que se trata es de unir y no de separar para ser una verdadera potencia el conjunto de los pueblos de Europa y los ciudadanos europeos nos podamos mirar a la cara y a los ojos todos sin ningún tipo de exclusión social, en que todos seamos iguales, en poder compartir la cultura, el empleo, la formación, los idiomas, la convivencia, la amistad, la libertad. Dentro de un marco de convivencia y colaboración de igual a igual, ese es el reto de Cataluña y de España, pues apartarse de esos grandes valores, supondría volver al pasado más absoluto y a las tinieblas que ya tuvo por desgracia sumida a España y a los españoles y españolas de esta gran nación.