El rostro de interinos 'de segunda'
Irene Bueno/Jaén
Hablando entre ellos hacen bromas, comentan anécdotas y parecen un grupo de amigos con grandes dosis de afinidad. Sin embargo, cuando cada uno narra en primera persona su caso, la voz se le quiebra e, incluso, el rostro cambia el gesto.
Hablando entre ellos hacen bromas, comentan anécdotas y parecen un grupo de amigos con grandes dosis de afinidad. Sin embargo, cuando cada uno narra en primera persona su caso, la voz se le quiebra e, incluso, el rostro cambia el gesto.
Su opción de vida es la docencia y la Administración les cierra las puertas en las narices.
Alberto Ureña, María Mercedes Montijano, Chari Paulano, José Manuel Soria, Alejandro Lendínez y Juan Carlos Martínez tienen la sensación de que siempre van con el paso cambiado. Como ellos hay unos 250 profesionales en la provincia y alrededor de 3.000 en Andalucía. Son los interinos docentes afectados por el Decreto 302 —una orden que divide a los interinos en dos grupos, los que trabajaron en Andalucía antes del 30 de junio de 2010 y los que no, a los primeros los “blinda” les reconoce su tiempo de servicios, a los segundos, no—. Todos ellos concurrieron a las oposiciones de Infantil y Primaria de 2009 —y a otras convocatorias anteriores—. Obtuvieron brillantes notas pero, como no tenían tiempo de servicio suficiente, no lograron una plaza pública. Por lo tanto se quedaron en la bolsa. En el curso 2009-2010 no fueron llamados para trabajar. Hicieron las sustituciones a partir del 15 de septiembre de 2010 y ya era tarde.
Por esta circunstancia, la Consejería de Educación ha borrado de un plumazo sus méritos en la práctica docente y los ha relegado a los últimos puestos de las bolsas de trabajo de las distintas especialidades. Y es que el Decreto 302 marca un antes y un después a partir del 30 de junio de 2010 para los interinos. La fecha, para los afectados es “aleatoria” y “discrimina a los trabajadores” ya que las oposiciones se convocan cada dos años y, por lo tanto, no trata igual a los profesionales que demostraron idénticos méritos en los exámenes de 2009. Es más, según ellos, algunas personas que se benefician de la nueva directriz tienen menos tiempo de servicio que los perjudicados.
Por ello, los opositores jiennenses se han constituido en una plataforma y, junto con los andaluces, llevan más de un mes y medio encerrados en la Catedral de Sevilla. En breve, además, saldrán a las calles de Jaén para solicitar firmas de apoyo y promoverán una iniciativa legislativa popular para derogar la orden. Cuentan y no paran. María Mercedes es especialista en Inglés. Entró en bolsa en 2006 y en septiembre de 2008 le ofrecieron una vacante — el curso completo— en Madrid. En 2009, la llamaron de la bolsa andaluza para ofrecerle quince días y renunció. En junio de ese año volvió a opositar en Andalucía y se quedó a 0,12 puntos de la plaza. No la volvieron a solicitar para bajas puntuales hasta el 22 de septiembre de 2010 y, por lo tanto, no cumple el requisito de la fecha impuesta. Renunció a su puesto en la bolsa en Madrid, por volver a Andalucía y aquí se ha quedado desposeída de todos sus méritos. Tiene 30 años y tenía su boda fijada para el 13 de octubre de 2012, ante este panorama ha tenido que anularla.
Chari Paulano, también de Inglés, sacó un 7,70 en 2009. En septiembre de 2010 le ofrecieron una vacante de todo el curso en Aldeaquemada. Es divorciada y tiene dos hijas de 15 y 12 años a su cargo que tuvo que cambiar de instituto y desplazarlas con ella. Tenía un empleo con una antigüedad de tres años al que renunció para irse a dar clase. Ahora está en el paro y sin esperanzas de incorporarse a un aula. O Alberto Ureña (de Música) que está casado y tuvo un trabajo durante seis años mientras aprobaba las oposiciones. En el curso 2010-2011 tuvo una vacante en Málaga. También lo dejó todo. Alejandro Lendínez y Juan Carlos Martínez tienen la esperanza de independizarse de sus padres cualquier año de estos y, lo que es peor, subrayan que estas circunstancias afectan al ámbito personal y también al familiar.