El recuerdo ilumina la fosa 702

Ayer, unas trescientas personas acudieron a la cita.
Entre ellas estaba Juan Vicente García. A este vecino de Villargordo todavía se le hace un nudo en la garganta cuando pronuncia el nombre de Juan García Moreno, su padre, fusilado hace más de 71 años en el cementerio de San Eufrasio de Jaén. “Luchó por la libertad y, por eso, lo asesinaron”, afirma con la voz cargada de orgullo.
A su lado está Isabel, de Castillo de Locubín. También tiene a su padre enterrado en la fosa 702. Levanta la mirada y clava los ojos en los monolitos de piedra en los que, grabados a sangre, se encuentran los nombres de todos y cada uno de los casi dos mil represaliados durante la Guerra Civil o después de la contienda. Acaba de terminar el acto de homenaje y una lágrima resbala todavía por la mejilla de Isabel. Como muchos otros, no ha podido contenerse. Escuchar “La Internacional” la ha hecho llorar. Su garganta, gastada por los años, entonó el himno por excelencia del movimiento obrero. Muchas más voces, unas también ancianas y otras más jóvenes, la acompañaron con el puño en alto.
Entre ellas estaba Rafael, un joven tosiriano, cuyo tío abuelo Esteban Guardia murió en una celda de la antigua cárcel provincial, tras estar preso más de veinte meses: “No tenía ni los 40 años”, explica, rememorando lo que le han contado sus padres y abuelos. El único recuerdo que tiene de él es una foto, ajada por el tiempo, que guarda como oro en paño. Cada año, acude a la fosa 702 de San Eufrasio para honrar la memoria de su antepasado.
Precisamente, los discursos hicieron hincapié en la idea de mantener la lucha: “Nadie nos debe reprochar en el futuro por qué no peleamos más y con más ahínco”, dijo Manuel Salazar, secretario general de UGT. José Moral, de Comisiones Obreras, también animó a seguir recordando a aquellos que dieron su vida por la libertad. Por Izquierda Unida habló Sebastián Martínez: “Vienen tiempos muy duros y hay que mantener el frente común”, aseguró en un discurso en el que reivindicó la llegada de la tercera República.
Cerró el acto el secretario federal de Relaciones Institucionales y el presidente del PSOE de Jaén, Gaspar Zarrías: “No hay que dar ni un paso atrás ante aquellos que quieren reescribir la historia y que nos quieren hacer ver que todos eran iguales. No, no es así. Unos eran unos fascistas y unos golpistas. Otros eran unos luchadores, que dieron su vida por la Democracia. Por eso, hay que seguir honrando su memoria”, aseguró. El dirigente socialista afirmó que los represaliados perdieron la vida, la salud y la libertad “por una causa justa”: “Pero jamás perdieron sus ideales ni su dignidad. Ni en las celdas, ni en las cunetas, ni en el paredón de fusilamiento. Gracias a ellos y al esfuerzo de muchos otros, disfrutamos en este país de paz y democracia. No lo olvidemos nunca”, concluyó. Rafael Abolafia/Jaén