El Real Jaén se atasca y da una pésima imagen 0-1

Las virtudes y carencias de un equipo se miden cuando se enfrenta a un rival del mismo potencial. El Real Jaén desaprovechó, por segunda vez consecutiva, una oportunidad para dar un salto de calidad en la clasificación, pero otra vez fracasó en su intento y lo hizo sin excusa ninguna. La imagen de superación y cohesión ofrecida en Algeciras, donde remontó con un fútbol destacado por las malas condiciones del campo, cambió en el regreso a La Victoria. De la seguridad del principio como local se ha pasado a una serie de resultados negativos.

09 nov 2015 / 11:15 H.


Su partido fue un manual de lo que no debe hacer un equipo. Fue superado en intensidad y presión por su rival, lo que originó la derrota ante un buen Marbella, que no acusó las ausencias de hombres claves en el centro del campo. Todo lo contrario. En una situación adversa fue un colectivo que se caracterizó por su solidaridad en el campo. Espeso, atascado y desesperado. El Real Jaén del primer tiempo no fue el de los compromisos contra el Jumilla o el Recreativo de Huelva. Su juego fue deficiente, previsible y sin recursos para llegar con peligro al marco de Quique Cebriá. En ningún momento tuvo el balón y sin la posesión es un conjunto vulgar y al que le cuesta generar recursos. Fue un constante querer y no poder, una fotocopia exacta del segundo tiempo con el Almería B y el partido con el Granada B. Nada en ataque, aunque en esta ocasión se produjeron desajustes en defensa e infinidad de imprecisiones en los pases. El Marbella estuvo cómodo en el campo y sus bajas, todas ellas en la zona de creación, apenas se notaron debido a que los jiennenses no estuvieron finos. Los visitantes llegaron con más asiduidad al marco de Felipe Ramos, que pasó con alguna situación de apuros. Fabiani, aquel delantero del Huracán que estuvo a punto de frustrar el ascenso del Real Jaén en la campaña 2012/2013, fue un incordio. Su agresividad le costó una amarilla y su técnico, el exmancharrealeño Loren Morón, lo sustituyó antes del descanso. De los blancos apenas se tuvo noticias en ataque. Un lanzamiento lejano de Pablo Ortiz y la lucha y movilidad de Álex Cruz y Hugo Díaz. Pocas credenciales para mover el marcador, por lo que el cero reinó en La Victoria. Pero es que el Real Jaén del segundo fue superado con más rotundidad. La presión del Marbella terminó por desesperar a un colectivo sin ideas y con unos argumentos que contrarrestó el rival con seriedad y trabajo a destajo. No renunció a nada el rival, pese a que Óscar Quesada tuvo una ocasión nada más comenzar con un lanzamiento cercano en la única acción combinativa de este periodo. Pero fue un espejismo. La salida de Juanfri por el espigado Fabiani benefició al Marbella. Su movilidad y su capacidad de asociación con Rubén Durán desarboló a un Real Jaén que siempre defendió en inferioridad. Los dos fabricaron las ocasiones más claras visitantes. Primero la salvó Felipe Ramos, pero en la segunda Juanfri definió con un perfecto remate de cabeza. Otra vez a remolque en el resultado, pero lo peor fue la imagen que se proyectó a toda Andalucía, que vio las carencias del colectivo. La entrada de Nuno Silva y Fede no aportó nada en ataque, porque los blancos no generaron ocasiones. En cambió, el Marbella pudo definir al contraataque. No lo hizo, aunque el resultado no peligró. Este Real Jaén se ha acostumbrado a perder en casa y no es una buena señal, porque puede generar ansiedad y presión cuando juegue como local, ¿Volverá el fantasma de la segunda vuelta del pasado curso? Ojalá que no, porque entonces el conjunto se expondría a un calvario cada quince días. Este es el equipo que hay con sus virtudes y carencias. Y de esta situación es consciente el socio y el aficionado. Se marchó a su casa con la lógica decepción entre algunos pitos de un minoritario sector. Ahora toca ver si la tendencia cambiará y los resultados fuera de casa son positivos. En La Victoria dejó una ocasión para situarse en la zona noble. Su derrota fue justa, nadie puede discutirla, porque fue inferior a un rival que ofreció una imagen positiva.