El Real Jaén pierde la etiqueta de invicto en el duelo por la cabeza
Sin liderato ni condición de invicto. El Real Jaén puso pie en tierra con una derrota por la mínima en el duelo en las alturas contra el UCAM Murcia, al que le bastó un gol de Julián Domínguez para sumar los tres puntos y reforzar el liderato del grupo cuarto.
No apareció por La Condomina el Real Jaén habitual. Mostró poco de sí mismo. Exceso de balones aéreos y falta de creatividad en el centro del campo. En defensa brilló, pero se mantuvo erguido ante el juego de contraataque de los locales. Con metros por delante, el UCAM Murcia es otro. Y eso le sucedió en la segunda mitad. Porque en el inicio, ambos equipos se respetaron. Tanto como para evitar expandirse en el campo. Ambos jugaron en una zona restringida del centro del campo, acotando espacios, sin permitirse licencias fuera de dominios sustentados por el miedo al contrario. Era una lucha cuerpo contra cuerpo por hacerse con el balón, sin perder el sitio.
El UCAM, como local, aspiraba a más. De ahí su inercia por crecer más y mejor. Pero el Real Jaén no perdía la cara. Su papel, más intermitente en cuanto a actitud ofensiva, se limitaba a estudiar a los de Eloy Jiménez y a cumplir a la perfección cuando tiraban el fuera de juego —hasta en cuatro ocasiones en el primer tercio del partido— quedaron en pañales los murcianos cuando trataban de embestir la meta de Toni García. Por el medio, hasta el 25, solo quedó un remate de Javi Gómez despejado a córner por el meta cordobés. Hasta mediado el primer acto, siguió el temor acrecentado por la falta de posesión definida entre los dos.
Pero fue ese minuto 25 el que vertebró el futuro inmediato de los locales. Por fin fueron capaces de romper a la espalda de la zaga blanca y apareció un carrusel de oportunidades, la más clara de Nono, en un mano a mano ante Toni García, de detuvo el portero visitante ante el flojo remate del extremo local. Javi Gómez, dos minutos después, y de nuevo Gómez, de cabeza tras un saque de esquina en el 28, comenzaron a poner tensión a un choque que se adormecía. Quedaba patente que el peso comenzaba a desnivelar la balanza para el equipo de casa, más reiterativo en el ataque, con más presión a la salida de la pelota de los andaluces. Sostuvo al Real Jaén un remate de Urko Arroyo que detuvo Escalona en la ocasión de más peligro. El perdón había llevado al UCAM a mantener un guion inmerecido. Hasta el golazo de Julián Domínguez. Un mal despeje de la zaga del equipo de Aybar dejó el balón al lateral del cuadro murciano que, tras acomodarse el balón y deshacerse de un rival, colocó la pelota en el palo largo de Toni García superando una maraña de hombres en el área. Hasta el descanso se vio poco más. Un Sutil sin acierto, increpado por la grada por su polémico paso por el Real Murcia, y muchos nervios para un Real Jaén que se perdió en el mapa en el último cuarto de hora. Un mal momento para evadirse ante un rival que, tras perdonar hasta en tres ocasiones, mostró más para irse al descanso con ventaja.
El argumento varió en la segunda mitad. El Real Jaén se hizo acreedor del balón a base de brega. A través de las posesiones largas consiguió meter atrás a un equipo universitario que mostró su mejor cara defendiendo, sin balón. Desde las bandas, el equipo de Aybar buscaba balones aéreos para llegar con rapidez, un ataque demasiado trabado con facilidades, desde entonces, para Escalona, imponente por arriba.
Los cambios de Eloy Jiménez buscaban, ante el desgaste físico jiennense, matar el partido a la contra. El cambio de cromos dio más velocidad a los locales, siempre al límite de la ley, bordeando el fuera de juego. Diminutos en el control, los murcianos jugaron su segunda baza siendo fuertes atrás, solidarios en el esfuerzo y con las líneas de defensa muy juntas.
Pasaron los minutos y el Real Jaén siguió sin encogerse. Se mantuvo siempre erguido y sujeto a la posibilidad de un empate que era su tabla de salvación. Pero solo abasteció a sus puntas de balones aéreos, mientras que los universitarios jugaban de área a área, un partido de ida y vuelta a la contra y con rapidez a defender. Era un duelo errático. Jugaban los locales para comerse el reloj. Y los futbolistas de Aybar, sin darse por vencidos, supervivientes con el balón. Fede, en el descuento, tuvo en sus botas el botín para el Real Jaén, pero su remate se marchó cerca del palo de la meta defendida por Escalona. Primer traspié y adiós a la condición de invicto.