El Real Jaén o la desilusión de no alcanzar el último peldaño

Todo era propicio para que la noche de ayer pasara a la historia deportiva del Real Jaén. Una ciudad y una provincia volcados con su equipo y un estadio de La Victoria repleto para dar el último aliento a los jugadores. El ascenso a la Segunda División A estaba al alcance de la mano después de una meritoria temporada, con Copa Federación incluida, y una trabajada fase de ascenso, con momentos brillantes de juego.

    22 jun 2009 / 14:15 H.

    Era el colofón al esfuerzo de una plantilla comprometida y a la labor, unas veces a la sombra y otras bajo los focos, de una directiva que lidió con la perenne crisis económica del club para arañar dinero de empresas e instituciones. Cuando quedaba ese último peldaño, quiso el balón que las musas abandonaran al Real Jaén. No hubo partitura, los nervios y la precipitación hicieron que el equipo presionara sin acierto y confiara todo a un juego directo en el que tampoco hubo ni un rechace afortunado. Cuando trenzaba con acierto el Villarreal y había frecuentado con peligro el área del Real Jaén, llegó el gol local, un estímulo para una grada también nerviosa. Fue el único premio para una noche aciaga que se perfiló en negro cuando el tiempo se congeló mientras el defensa era incapaz de despejar un balón que entró manso después del remate en semifallo atacante. Carambola terrible que caló en equipo y aficionados. Con el empate en el marcador, los nervios camparon a sus anchas y el esbozo de las jugadas continúo atropellado para desesperación de unos aficionados que siempre esperaron un último guiño de la suerte que no llegaba. Con la miel en los labios, la entidad afronta una planificación difícil con la que retomar un ascenso que sería bálsamo económico para el club. Para este nuevo viaje se requiere que esa nueva afición que vibró durante meses con el equipo no lo abandone y lo acompañe para poder volver a situarnos en el mismo escenario, pero con distinta suerte.