El pupitre del Nobel de posguerra

 

“La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir”. Palabras nacidas de la pluma del “Nobel de posguerra”, Camilo José Cela, que se cuelan en clase de la mano de su exsecretario, el jiennense Gaspar Sánchez.

16 abr 2014 / 09:30 H.


Es oriundo de Campillo del Río y profesor de Lengua y Literatura en el instituto Vera Cruz de Begíjar, además de doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Alcalá de Henares. Su tesis —con sobresaliente cum laude por unanimidad— fue dirigida por el propio Camilo José Cela, que lo adoptó como discípulo. Llegó a convertirse, así, en su mano derecha y en uno de sus mayores colaboradores, su último secretario. En 2016 verá la luz su nuevo libro pero, mientras tanto, trabaja para que el “Nobel de posguerra” no pierda su pupitre en las aulas. Ha confeccionado una nueva unidad didáctica sobre el escritor coruñés, que llegará a todas las clases de cuarto de Secundaria.
La idea de hacer el material —que se presentará la semana que viene— nació a raíz de la celebración del centenario de la llegada de Machado a Baeza. “Se me pidió una unidad didáctica enfocada al alumnado de Secundaria resaltando la figura del escritor sevillano y la llevé a cabo. A la hora de aplicarlo en el aula observé su efectividad y me propuse, este año, celebración del duodécimo aniversario de la muerte de Cela, elaborar otra respondiendo al mismo patrón”, argumenta. Ha buscado hacerla, al tratarse de un “tema de clase”, “completamente viable”, es decir, que se pudiera aplicar a cualquier aula. “Dicho de otro modo, se trata de un material didáctico adaptado a todo tipo de alumnado”, confirma. Atiende, pues, a los diversos ritmos de aprendizaje y lo hace de forma interactiva. Invita a los estudiantes, por ejemplo, a participar en el juego de “Pasa Palabra”, emulando al programa televisivo, pero centrado en Camilo José Cela.
manuscrito inédito. Es imposible dejar pasar por alto, al conversar con el exsecretario del Nobel de Literatura, los manuscritos inéditos de la obra “La Colmena”. La previsión es hacer una reedición de su trabajo más celebre, en el que se incluyan los pasajes censurados, de alto contenido erótico. “No conocía de su existencia. Jamás Cela lo mencionó, ni siquiera en nuestras conversaciones privadas en las que hablábamos de poetas malditos, de anécdotas, verdaderas y falsas, que siempre habían rodeado a su figura”, confiesa el jiennense, que lo reconoce como propio de Cela, sin lugar a dudas. “En cuanto vi la letra, no tuve duda alguna de su autoría”, defiende un experto que estuvo siete años pasando a ordenador la letra manuscrita del escritor fallecido.
Con respecto a la nueva edición de “La Colmena”, se le plantea un dilema: “Si soy honesto, quizá no se debiera tocar. La que todos hemos conocido se trata de la edición que finalmente vio la luz, y me parece una obra realmente impresionante en su resultado final”. ¿Cuál es su debido lugar, entonces? No se sabrá jamás. El propio Gaspar Sánchez opina que ni el propio Cela, probablemente, podría haberlo concretado, si viviera.