El Puente de la Sierra se convierte en refugio de perros abandonados
Indio, Iris, Luna, Canijo... Son los nombres que los voluntarios de la asociación Abyda pusieron a algunos de los perros abandonados que se encuentran en el Puente de la Sierra. La organización denuncia que los alrededores del campo de fútbol se han convertido en un “refugio” para estos animales.

Sufren hambre, frío, atropellos. Los apedrean o les ponen veneno para que mueran. Estas son los sufrimientos que experimentan varias decenas de perros que deambulan por la zona residencial del Puente de la Sierra. La portavoz de Abyda, Mariana Moreno, apunta directamente a los vecinos. Afirma que los residentes cuidan de sus mascotas sólo en verano, cuando están en el chalé, pero que, al llegar el invierno, ante la imposibilidad de convivir con ellos en el piso, las sueltan para no tener que ir al campo cada día a echarles de comer.
Según la voluntaria, la cuestión hace que crezca de forma exponencial el número de ejemplares que se abandonan en estas zonas. Dice que hay variedad: adultos, hembras preñadas que paren a los pocos días y cachorros. Indica que para Abyda es imposible recogerlos a todos, ya que el refugio del que disponen está saturado. Por eso, lo único que les queda por hacer es bajar, cada dos días, para llevarles alimentos. Además, la organización también da pienso a dos vecinas de la zona para que lo dosifiquen y se lo den luego a los animales.
El colectivo intenta, asimismo, buscar casa para varios individuos jóvenes. Incluso, procura atención veterinaria a una cachorra que fue atropellada por un vehículo y quedó coja de una pata. Moreno recuerda que cada vez que se desplazan hasta el Puente de la Sierra se encuentran historias diferentes. Recientemente localizaron a una perra de raza galga que murió envenenada. Se da la circunstancia de que, en esos momentos, amamantaba a siete crías. Afortunadamente, los voluntarios se han puesto en contacto con varias organizaciones de fuera de la provincia y han logrado darles una casa a los pequeños. Otras dos hembras también tuvieron camadas, de las que sobrevivieron tres o cuatro animales, que ahora tienen cinco meses.
A dos de ellos ya les han encontrado un hogar, pero todavía quedan varios sin familia. Son de talla mediana-pequeña, muy cariñosos. Por ello, Abyda hace un llamamiento a aquellas personas que estén interesadas en adoptar.
Por otro lado, califica de “urgente” la necesidad de encontrar una casa para Luna. Se trata de una cachorra que tiene tres meses. Hace unas semanas, fue atropellada cuando cruzaba la carretera. Iba con su madre a buscar comida a los contenedores de basura. Tiene una fractura en la pata trasera y se recupera en una casa de acogida, aunque está muy asustada y necesita cariño.
Mariana Moreno destaca que siempre han tenido la intención de denunciar esta situación tanto al Ayuntamiento como a FCC, que es la empresa que se encarga de la recogida de los animales. Sin embargo, según expresa, ambos se limitan a atraparlos, llevarlos a la protectora y, al cabo de unos pocos días, sacrificarlos. Para Moreno, la medida más apropiada sería esterilizarlos, pero esta intervención tiene un coste importante y nadie puede hacerse cargo de los gastos.
En este sentido, la voluntaria recuerda que cuando una persona se decide a adoptar un perro en Abyda, o en cualquier otra asociación protectora, se le pide una cantidad aproximada de unos cien euros. Asegura, además, que este dinero no se destina para sufragar gasto alguno interno para el colectivo, sino para hacer frente a las facturas derivadas de las vacunas, la desparasitación y la implantación del microchip, de manera que cuando el animal llegue a las manos de sus futuros dueños lo haga en condiciones idóneas.
La voluntaria de Abyda destaca que ni esta asociación ni Arca —la otra entidad que trabaja en Jaén en este campo— tienen ayuda pública alguna para mantener abierto un refugio de animales en el que hay casi medio centenar de mascotas a las que cuidar y dar de comer a diario. Por este motivo, ambas organizaciones se ven obligadas a celebrar actividades con las que hacer frente a estos desembolsos. Es el caso del calendario solidario que, estos días, comercializa Abyda al precio de tres euros, más uno y medio de portes. Irene Bueno / Jaén