El pueblo, unido, jamás será...
Muchas veces me pregunto en qué momento la izquierda y la derecha decidieron que los símbolos nacionales les pertenecían más a unos que a otros. En qué momento a los socialistas, el otro gran partido nacional, junto con el PP, que la pluralidad del Estado español se define en un Estado plurinacional. Que si uno se siente más andaluz que español o más valenciano y en qué momento empezaron a surgir los Ximo Puig, los Pascuales Maragales y los que, antes que preguntar lo que se propone, preguntan quién lo propone.
Tanto por el PP como por el PSOE. Creo que ese es el problema de la democracia en España. Una democracia a la cual no vale a decir que es joven, porque ya va camino de los 42 años. El problema de que el PP y el PSOE no saben ponerse de acuerdo a defender el proyecto de Estado que ambos defienden, pero solo en sus cabezas, y dejar a un lado las luchas partidistas para evitar problemas como el de ahora. El del separatismo catalán. Pero se me llena la mente de ilusión al pensar que es posible que aún haya gente en el PSOE de la idea de Estado que quieren. Federal o no, sin singularidades ninguna. Al menos, eso pienso cuando leo en Diario JAÉN la noticia del jueves pasado en la que Susana Díaz le dice a Rajoy que “no está solo”.
Manuel Rodríguez del Valle