El preso de ETA más antiguo está recluido en la cárcel de Jaén
Rafael Abolafia / Jaén
El Centro Penitenciario de Jaén tiene entre sus casi 700 reclusos a José María Sagardui Moja, conocido como “Gatza”. Se trata del terrorista de ETA que más tiempo lleva encarcelado en España. Acumula casi veintinueve años entre rejas por el asesinato de un policía local en Guernica.

El Centro Penitenciario de Jaén tiene entre sus casi 700 reclusos a José María Sagardui Moja, conocido como “Gatza”. Se trata del terrorista de ETA que más tiempo lleva encarcelado en España. Acumula casi veintinueve años entre rejas por el asesinato de un policía local en Guernica.
“Gatza”, el apodo que recibe en ETA, fue detenido el 9 de mayo de 1980 y condenado poco después a 30 años de prisión por el asesinato de un policía local en Guernica, por tenencia de explosivos y por pertenencia a la organización terrorista ETA. Sagardui Moja, así lo conocen los funcionarios de la cárcel de Jaén, tiene un comportamiento correcto: “Como todos los etarras”, dicen los que tratan con él habitualmente. “No se mete con nadie, aunque tampoco deja pasar ni una cuando llega la hora de reivindicar algo”, añaden. A pesar de haber cumplido las tres cuartas partes de su pena, su salida está fijada para el año 2010. Es, por lo tanto, el preso de ETA que más tiempo lleva encerrado y todo apunta a que cumplirá íntegra su pena.
Estaba previsto que Sagardui fuera puesto en libertad el año que viene, pero la aplicación de la doctrina Parot hará que permanezca un año más, hasta los 30 años de aplicación efectiva, el máximo permitido por el anterior Código Penal.
Otro de los motivos de la larga condena de “Gatza” es un intento de fuga protagonizado en marzo 1993 de la cárcel de Granada. De hecho, es uno de los pocos terroristas que ha pretendido fugarse de un centro penitenciario. En marzo de 1993, logró salir de su celda, en el módulo de primer grado de la prisión de Granada, por un agujero que hizo en el techo. Después, usó la cama como escalera y pasó por encima de la cámara del circuito cerrado de televisión. Con parte de la instalación eléctrica fabricó una cuerda de cable y un gancho con los que intentó encaramarse a una de las garitas. En ese momento fue descubierto por los funcionarios. Esta fuga frustrada le costó a José María Sagardui Moja un control más férreo dentro de las prisiones y la pérdida de sus beneficios penitenciarios, con el consiguiente retraso en su puesta en libertad.
“Gatza” lleva cerca de quince años en el Centro Penitenciario de Jaén. Hasta llegar al presidio de Las Infantas, recorrió más de una quincena de cárceles desde le pusieron los grilletes por primera vez en 1980. En su primera década a la sombra, protagonizó siete huelgas de hambre en los seis centros de máxima seguridad en los que estuvo recluido. De hecho, ETA lo considera todo un símbolo. En la actualidad, José María Sagardui está en el módulo de aislamiento, al igual que los otros doce etarras recluidos en Jaén. Está clasificado como preso de primer grado en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) por su pertenencia a banda armada. “Ahora está mucho más tranquilo. Será porque pronto saldrá”, dice un funcionario que lo conoce bien.