20 may 2015 / 15:18 H.
De Levante-EMV he extraído algún dato de la apertura de la decimoséptima edición del ciclo de conferencias “Diálogos de Teología Almudí”, organizado por la Facultad de Teología de Valencia y la Biblioteca Sacerdotal Almudí. Dicho ciclo ayer contó con un invitado muy especial, el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría (Madrid, 1932), que es el Prelado desde hace 21 años, de las 90.000 personas que forman parte de la Obra en todo el mundo. Javier Echevarría se desplazó desde su residencia en Roma para atender a la invitación del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a quien el prelado Javier se refirió diciendo: “Es tal el afecto y la veneración que le tengo, que me puede pedir lo que quiera”. El ciclo de conferencias de este año es un monográfico denominado: “Concilio Vaticano II y Sacerdocio”, al cumplirse 50 años de la “Presbyterorum Ordinis” y en memoria del antecesor del actual prelado, Álvaro del Portillo, que fue beatificado el 27 de septiembre del año pasado, y que fue el primer sucesor de Escrivá de Balaguer: San Josemaría. En la apertura de la sesión, Cañizares, refiriéndose a la figura de Álvaro del Portillo, declaró: “Siempre tuve la impresión gozosa de estar ante un santo”. Tanto el cardenal como el prelado, en sus respectivas intervenciones, expresaron con firmeza la idea de que los sacerdotes debían de ser santos: “No cabe una vida sacerdotal mediocre”, nos dijo Javier Echevarría. Recordó también, el prelado, el afecto profundo que San Juan Pablo II sintió por el beato Álvaro del Portillo, y que ese respeto y admiración era compartida por la curia, “Fue aceptado por su bondad y por su saber servir a la Iglesia”.