El precio de una vida
Desde Barcelona. Ha sido noticia en todos los medios la curación de un niño afectado de una enfermedad neurológica degenerativa, mediante un trasplante de células de la médula ósea de una hermana suya concebida previa selección genética.
Éxito para los médicos que no quieren que se considere un tratamiento experimental. Se resalta el hecho de que se ha “salvado una vida”, pero no nos quedemos ahí. Para ello ha habido una selección genética, lo que implica que entre varios embriones fabricados en el laboratorio, se escogió el que interesaba y se desecharon otros, ¿cuántos?, no lo dicen. Pero esos otros también eran vidas, que aunque incipientes eran seres humanos que se destruyeron, se mataron, porque no tenían las características idóneas para su experimento. Han curado a un niño a costa de eliminar a varios hermanos suyos. Es el precio de una vida. Es la realidad pura y dura, es este caso muy dura.
Lourdes Camps Carmona