25 abr 2010 / 09:43 H.
La visita del Comité de Representantes Permanentes de la Unión Europea el pasado viernes sirvió para abrir un hueco en la agenda de Europa y subrayar los valores que atesora esta provincia. La condensada gira por la capital sirvió para que estos veintisiete diplomáticos supieran lo que encierra esta provincia, en ocasiones perdida entre los reclamos turísticos de una comunidad especialmente dotada en este sentido. La propia reacción de esta embajada itinerante fue la de sorpresa al comprobar sobre el terreno la importancia monumental de la capital y, en concreto, el reclamo único de la Catedral de Jaén. Nada mejor que una visita guiada a esta joya de la mano del deán para que no se escapara un detalle de este tesoro que requiere de una cuidada protección y de la suma de apoyos en su carrera para su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Junto con la petición de que este grupo, conocido como Coreper I, defienda la candidatura monumental también se llevaron la encomienda de la defensa de un producto vital para la economía jiennense: el aceite de oliva. Con su desplazamiento hasta Jaén comprobaron que el bosque de olivos de la provincia no es de cartón piedra, es real y de él se nutren municipios, un nutriente único para nuestra economía y que fija la población en su entorno rural, algo básico y que la Unión Europea debe valorar porque es una de las bases de su política de protección agraria. De igual forma, la visita a la Cooperativa Nuestra Señora de la Cabeza, de Campillo de Arenas, y a la almazara de San Julián resultó fundamental, por un lado por la didáctica sobre el proceso de elaboración del aceite y, por otro, para que comprobaran la gran evolución tecnológica del sector y que encontró buena parte de su financiación en las subvenciones y los fondos auspiciados por Europa. Ahora tienen la oportunidad de ser embajadores de la realidad cambiada de una provincia y de su futuro.