El polvorín, el Golfo y don Quijote
Desde JAÉN. Primero fue Irán, después Irak, luego Afganistán y ahora Siria, todos estos países incluida su problemática local tienen en común un integrismo radical sustituyendo violentamente a dictaduras crueles, se mantienen azotados por el terrorismo fundamentalista, sin olvidar a Egipto, Pakistán, Libia, Líbano, Yemen, etcétera, que de modo intermitente se van sumando a esta desestabilización perenne en la zona. El último atentado en Nairobi nos demuestra su crueldad y vileza.
Los únicos no culpables de esta situación son las víctimas inocentes que mueren cada día en estos escenarios de odio y guerra sobre base de fanatismo religioso. También hay otros países árabes que tienen dictaduras crueles, leyes que limitan los derechos de las mujeres, consintiendo matrimonios pactados con niñas de 8 años de edad, sin derechos laborales para los trabajadores, etcétera. Estos países son cada vez más ricos gracias a que el petróleo está a precios desorbitados con la excusa de la inestabilidad de la zona y sus fondos soberanos están posicionándose y comprando participaciones de las mayores empresas de Europa, son Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, Dubai, Emiratos AU que parece que no va con ellos la historia y sin embargo se benefician de los resultados económicos fruto de esta situación tan compleja. Hay una nueva película, que vista la falta de parné todo Occidente quiere protagonizar: Bienvenido míster árabe. España, a pesar de la crisis que arrastra, está presente en Afganistán, Líbano, etcétera. Con sus tropas cosa loable, además es uno de los países que más contribuye a la financiación de Naciones Unidas, donde nuestro presidente Rajoy sin Rocinante ni armadura, habló ante la Asamblea General y estimo que no son contemplados en igualdad todos los países y que hay trampa en esta grandilocuente estructura, ya que cualquier resolución que se adopte empezando por la que defendió nuestro presidente referente al contencioso de Gibraltar, está supeditada al veto de 5 países: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña sobre la que están centradas nuestras reivindicaciones de descolonización y con anteriores condenas y resoluciones de la ONU ignoradas por los súbditos de su graciosa Majestad. ¿De qué sirven las pomposas declaraciones y los acuerdos conseguidos desde hace años si luego no se cumplen? Por todo ello somos patrocinadores del evento y nos quedamos con la sensación de que esto se parece al timo de la estampita. Al igual que en la utilización de armas químicas durante la cruel guerra de Siria, cualquiera de estos países con derecho a veto actúa según sus intereses y puede vetar las resoluciones dejándolas sin efecto, al final la ONU es una macroestructura burocratizada sin poder real y a merced de los intereses personales de estos cinco países, sus negocios y alianzas, etcétera. También hay otras guerras, que al no tener interés geoestratégico ni económico languidecen en la desidia de Occidente, estas aportan invisibles pero reales muertos que no son noticia de portada y por tanto no estremecen nuestras manipulables conciencias.
Juan Afán Muñoz