08 sep 2014 / 11:37 H.
Hay una falsa creencia por la cual el poder teme la unidad de la izquierda. Incluso los partidos de izquierda y socialdemócratas han llegado a creerlo, librando cruentas, e inútiles, batallas en aras de forzar tal unidad. Lo que de verdad teme el poder establecido, arropado y amparado por la derecha y la Iglesia, es la unidad del pueblo. Fenómenos como el 15M, con lo que trajo después, Podemos incluido, si que hacen al poder temblar y asustarse ante lo que puede ocurrir. Lo establecido hasta ahora marcaba un único camino a seguir, las urnas, como mero instrumento para un reparto del poder legislativo en el cual basar una falsa creencia, el pueblo cuenta. Y no es cierto. El poder tiene la capacidad financiera, y por ende muchas más, para marcar un escenario de cambios imperceptibles en el decorado que no modifiquen en nada su guión teatral establecido. Cuando el 15M fue protagonista bien que se le criminalizó y vilipendió. Por la derecha, eso de que el pueblo tome las calles nunca ha sido de su agrado, salvo que sea para ir a misa y actos religiosos; por la social-democracia, el fenómeno les dejó literalmente en tierra de nadie; por la izquierda porque vieron que su divorcio con la calle era más que evidente. Si algo preocupa al poder del fenómeno Podemos no es solo su perspectiva electoral, más bien la de conseguir que gente diversa, de diferentes estratos sociales, profesionales y diversa edad, confluyan en fines comunes. Lo que en verdad preocupa es que sea el germen para que el pueblo soberano camine hacia una unidad que altere el status quo. Si nos retraemos a la Revolución Francesa obtendremos analogismos con lo que está ocurriendo; el pueblo necesita un catalizador tras el cual poder sumarse sea más fácil. En definitiva el poder solo se siente atemorizado ante una ciudadanía unida y multitudinaria. La intervención, la revolución, no es ni mala ni buena persona, pero siempre necesaria. Es cambio, transformación, y no siempre radical. ¿Acaso la aparición del cristianismo no fue un cambio radical, una revolución en su momento, aupada por el pueblo?