El poder del cine sobre el público

A partir de la curiosidad que despertó en el director Ventura Durall el contraste entre la sensibilidad artística de un hombre que provocó el descarrilamiento de tres trenes y después mató a su padre con una ballesta, se gestó la película Las dos vidas de Andrés Rabadán. Un largo de ficción que se proyectó en la cuarta jornada de la Muestra de Cine Español Inédito de la Diputación Provincial y cuya idea principal, según el director, era hacer un híbrido entre ficción y documental. “Sin embargo, durante el proceso de rodaje conocimos más historias como la de amor con una enfermera, así como los problemas que tuvimos para entrar en prisión”, comenta. Por ello decidió hacer dos películas de diferente género. “Una, que contara los hechos, más jurídica, psiquiátrica, incluso emocional, que era el documental. La otra consistía en meternos en la piel del personaje, vivir el día a día en la prisión, comprender los mecanismos mentales para soportar la presión de un psiquiátrico, de ahí salió Las dos vidas de Andrés Rabadán”, explica Ventura Durall.

Finalmente, la curiosidad que movió al cineasta fue un motivo de debate popular que planteó el cuestionamiento entre  el éxito o  el fracaso de las instituciones penitenciarias y si el culpable tiene la oportunidad de redimirse. Así lo plantea el actor que encarna al protagonista del filme, Álex Brendemühl: “Fue una película necesaria ya que despertó polémica y debate, sobre qué es el bien y el mal o si la sociedad está dispuesta a aceptar a este tipo de personas”.
En este sentido, el intérprete  asegura que procuró hacer una versión poética de Rabadán. “Para hacer una copia ya estaba el documental”, indicó. De esta manera, el actor se sumergió en la información que obtuvo del preso. “Me alimenté de los signos que me dio y también le planteé que no quería imitarlo. A partir de ese cóctel de datos, los filtré, los pasé por mi sensibilidad y creé algo nuevo”, dice. Sin duda, un proceso tortuoso, pero que justifica con el resultado de la cinta, “porque te lo llevas a casa, pero el resultado justifica este tipo de inmersión en el personaje”.
agenda. La muestra de cine continúa hoy con la proyección de la cinta Entrelobos del cordobés Gerardo Olivares, que se celebra dentro del pase especial para grupos de estudiantes, en el Cine Cervantes, a partir de las diez y media de la mañana, y que continuará el viernes. En la sesión vespertina, el primer filme, que se incluye en el ciclo “Las películas favoritas de Carlos Cuadros” es Solas, de Benito Zambrano. A continuación, a las siete y media de la tarde, se  visionarán los capítulos 2, 5 y 6 de la serie dirigida por David Trueba, ¿Qué fue de Jorge Sanz? Una sección de la muestra dedicada a nuevos formatos audiovisuales y a la comedia. Después, los asistentes podrán participar en el coloquio con los actores, Jorge Sanz y Eduardo Antuña. La jornada finaliza con “una de miedo” con La sombra prohibida, que presenta el director José Luis Alemán y uno de los miembros del equipo artístico. “Pa negre es de emociones universales”
Con el nacimiento de una “película europea media” y un presupuesto de cuatro millones de euros, Pa negre, tenía ambición. “Lo que pasa es que era de un autor que tenía un público muy limitado. Pero también partimos de que procedía de una novela que fue un best seller. Y cuando la leí pensé que le iba a Villaronga. Él la hizo suya y surgió el milagro de hacer una película de autoría y con público amplio”, recuerda la productora Isona Passola. A pesar de que la cinta caminó desde el principio hacia delante, el primer espaldarazo lo tuvo con la crítica, especialmente en el Festival de San Sebastián. Después, vino el triunfo en los Goya, ya que se hizo con un grueso del palmarés. En cuanto al tema, Isona Passola destaca que a pesar de que la historia que cuenta la película es muy local, las emociones son universales.

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