El poder de un invento
La rueda, el vapor, la bombilla, internet, el sinsajo. Los cuatro primeros son inventos, surgidos de la imaginación desmedida del hombre, que han determinado la evolución de las sociedades en las que se ha democratizado su uso. Todos ellos son reales. El último, no. Pero este "no" es relativo. El sinsajo nace de la creatividad de la escritora Suzanne Collins y, entre otras fuentes, bebe del mito griego del minotauro. El sinsajo es el pájaro inventado que simboliza la revolución de un pueblo contra la elite arrogante y explotadora de la archiconocida trilogía de Los Juegos del Hambre. Todo es, supuestamente, una invención; una mentira; un cuento. Sin embargo, la repercusión literaria, cinematográfica y, sobre todo, económica de esta saga son tales, que sería tan absurdo como ridículo negar la realidad del sinsajo.
Este símbolo de la rebeldía y de la oposición a un poder corrupto, déspota y sanguinario llegará, el viernes, a la gran pantalla en la última secuela de una tetralogía audiovisual en la que, esta vez, la propaganda mediática de las tramas anteriores queda casi relegada a un segundo plano por la efervescencia de una guerra que conecta con la convulsión que, desde hace un par de semanas, sacude a las democracias liberales de Occidente, tras los atentados de París. "Cualquier parecido con la realidad es puramente casual" es una frase que suele acompañar a muchas películas, pero, sin ánimo de que la CIA vea fantasmas en esta humilde crítica de cine, el discurso de Snow, el presidente del Capitolio, es casi un calco del que François Hollande dio ante la Asamblea Nacional y el Senado para justificar la guerra al autoproclamado Estado Islámico.
En Sinsajo 2, Panem se convierte en un territorio en guerra en el que engancha el magnetismo de esa heroína, inocente, valerosa y con principios en un mundo que los ha enterrado, a la que interpreta Jennifer Lawrence. Es la "libertad guiando al pueblo" en una película sosa en comparación con sus predecesoras de temática lamentablemente simplista. Lo más interesante, que es la lucha por un poder en el que el concepto de amistad se diluye, se presenta de una forma maniquea, reduccionista y esencialmente marxista, con la subversión de un pueblo contra la autoridad de una clase privilegiada. Con todo, lo mejor de la cinta se reserva para el final cuando, argumentalmente, la barrera entre lo bueno y lo malo desaparece. Ese es el logro de Collins.
Ficha:
EE UU. 2015. Título original: Mockingjay 2. Dirección: Francis Lawrence. Intérpretes: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Sam Claflin, Liam Hemsworth, Donald Sutherland, Julianne Moore. Producción: Color Force / Lionsgate. Guión: Danny Strong (Novela: Suzanne Collins). Fotografía: Jo Willems. Música: James Newton Howard. Género: Aventuras. Distopía. Duración: 137 minutos.