El play off pasa por La Victoria
José R. Casado / Jaén
El Real Jaén pretende dar hoy, en La Victoria, a las doce del mediodía, un paso casi definitivo para disputar las eliminatorias de ascenso a Segunda División A. Para alcanzar tal propósito, el cuadro de Carlos Terrazas necesita ganar al Melilla, quinto clasificado.
José R. Casado / JaénEl Real Jaén pretende dar hoy, en La Victoria, a las doce del mediodía, un paso casi definitivo para disputar las eliminatorias de ascenso a Segunda División A. Para alcanzar tal propósito, el cuadro de Carlos Terrazas necesita ganar al Melilla, quinto clasificado.
El encuentro ofrece al Real Jaén la posibilidad de poner tierra de por medio con esa línea imaginaria que delimita sueños y desencantos. El rival es el Melilla, conjunto que marca la promoción de ascenso en el grupo IV. Los norteafricanos desembarcan en La Victoria con 11 puntos menos que los blancos (43 por 54), lo que invita al cálculo y las matemáticas. En el caso de triunfo jiennense —sería el octavo consecutivo en Liga—, la diferencia se establecería en 14 con sólo 30 en juego. Entonces, sólo el destino más cruel que reserva, en ocasiones, el deporte privaría al Real Jaén de acceder a las eliminatorias por el ascenso. Terrazas lo describe como una hecatombe. La realidad, sin embargo, retrata el momento excelso de un plantel que oculta los malos presagios y descubre una perspectiva ilusionante. Los futbolistas que saltan hoy al césped llevan camino de marcar registros históricos en los anales del club. Sus 7 éxitos seguidos—9 con la Copa Federación, cuya final acarician—, y los 725 minutos de imbatibilidad del meta Dani Hernández les han reservado páginas e informaciones en toda España. La dimensión de este Real Jaén sobrevuela el Atlántico y alcanza hasta Portland, donde una estrella del baloncesto español pretende vibrar con el equipo de su “hermano”. El deseo de Sergio Rodríguez traspasa fronteras y conecta con el de los otros miles de seguidores blancos que sueñan con contemplar a su equipo en la División de Plata. Y lo cierto es que la situación actual conduce a una lógica euforia, ya sea en la NBA o en la Segunda B del fútbol.
Los jiennenses, no obstante, mantienen los pies en el suelo pese a la lluvia de alabanzas. “El secreto está en el vestuario. Somos una familia con un único objetivo, el ascenso, pero debemos seguir en la misma línea. Entonces, lo más hermoso estará por llegar”, asegura Solabarrieta. El jugador vasco, una de las cartas en la baraja que maneja Terrazas, forma en el once titular ante el Melilla tras su descanso ante el Ourense. La alineación no esconde, a priori, sorpresas, con la defensa de acero —Galera, Espín, Fabios y Navarro—, el rombo como dibujo del centro del campo —Ros, Solabarrieta, Calderón y Dani Guerrero— y los dos ases ganadores arriba, Geni y Arriaga.
El Melilla, por su parte, se presenta en la capital con las heridas restañadas gracias a sus recientes triunfos sobre el Cádiz (3-1) y el Poli Ejido (4-0). En el olvido queda una racha de 6 derrotas en 8 jornadas, de la que el cuadro de José Diego Pastelero logró salir con vida y, lo más peligroso, con balas en la recámara. Los norteafricanos, no obstante, son conscientes de que el cupo de oportunidades se agota. Necesitan un triunfo para no perder de vista la cuarta plaza, sobre todo, si se tiene en cuenta que el Marbella, el Ceuta y el Betis B siguen su estela. Los visitantes se aferran a su repentino despertar y a la privilegiada condición de ser uno de los tres equipos, junto con el CD Linares y el Ejido, en hacer hincar la rodilla a los jiennenses. Esta circunstancia añade al ramillete de alicientes del partido un aroma de revancha. Algo secundario si se compara con la posibilidad de agarrar el play off de ascenso.