El Plan B de Ángeles Isac
Ángeles Isac ya es la mujer 'fuerte' del Partido Popular de Linares. Preside una fuerza política en auge en una ciudad especialmente machacada por la crisis económica y aspira a convertir el principal grupo de la oposición del Ayuntamiento en la herramienta más poderosa para cambiar el rumbo de la ciudadanía. Amante de la cultura del sacrificio, sabe que le costará demasiado esfuerzo converger con el grupo municipal que encabeza Antonio Martínez. Sin embargo, está convencida de que merecerá la pena andar ese camino por el bien de su tierra.
Su “Plan A” es aplicar el lema: “El que gana e integra, gana dos veces”. Es decir, una vez obtenida la batalla de la presidencia del PP de Linares, su propósito es hacer lo posible para que haya un acercamiento entre las dos corrientes, la suya y la que lidera su antecesor en el cargo. La fractura es, a todas luces, un secreto a voces que ni siquiera la dirección provincial pudo parar a tiempo. Entre los concejales populares que hay en el Ayuntamiento de Linares, cuatro respaldan el proyecto de Ángeles Isac abiertamente, y los otros seis se consideran afines a Antonio Martínez, especialmente dos, Carmen García y Rafael Martínez, con quienes asegura que le costará más trabajo ese ansiado acercamiento.
Ahora bien, si la receptividad no es recíproca y el encuentro se hace imposible, la nueva líder del PP linarense guarda debajo de la manga un “Plan B” que tiene previsto aplicar sin escándalos. ¿En qué consiste? En empezar a patearse la calle con las personas que forman parte de su equipo para desplegar la maquinaria necesaria que lleve a los ciudadanos a recuperar la ilusión. Ángeles Isac quiere implicar a todos los concejales en su proyecto político para que trabajen con ella, mano a mano, de manera pulcra y democrática, por el futuro “perdido” de la ciudad. No le duelen prendas en decir, con la claridad que le caracteriza, que tomará las riendas del partido en el Ayuntamiento de Linares para fortalecer la oposición, con o sin el apoyo del portavoz y de su gente. No hay quien pare ya a una mujer que camina firme con la mirada puesta en las próximas elecciones municipales. Sus detractores dicen que con ella vuelve la vieja guardia del Partido Popular, e incluso la “derecha arcaica” —en palabras de la edil Carmen García—. Ni qué decir tiene que se rodeará de su personal de confianza en esta intensa etapa que le queda por vivir.
Por el momento, Ángeles Isac intenta dar calor humano a la “inhóspita” sede del partido y, aunque con el abrigo puesto, trabaja en ella para convertirla en la casa de los linarenses. Ciudadanos a los que, por otra parte, considera sus verdaderos aliados en su nueva faceta y con los que luchará con la sangre “cartaginesa” que los caracteriza. Su particular penitencia política empieza en Semana Santa, cuando comenzará a salir a la calle, como siempre hizo, para escuchar a sus vecinos e implicarse en las tradiciones de su ciudad. Después, sin olvidar lo orgánico, entrará a saco en una política municipal a la que accede con la intención de acercarse a los ediles de su partido. Mientras tanto, Antonio Martínez, considerado por todos su enemigo íntimo, se recupera en casa de una dolencia que lo mantiene ajeno a tanto ajetreo político.
Artículo publicado en la sección "La trastienda de la política".