El placer de leer

La vida es un maravilloso regalo de la naturaleza al que muy pocos mortales están dispuestos a renunciar a pesar de que exige un ejercicio continuo para conservarla y transmitirla luego. Sirva este breve preámbulo como pretexto para afirmar que ya que hemos de cargar con la inevitable y al mismo tiempo agradable tarea de vivir, mejor es que lo hagamos de la forma más placentera posible que esté al alcance de nuestras casi siempre cortas entendederas. Encontrar y transitar por esas vías deleitosas en la que es posible maximizar la inversión de nuestro tiempo, de ese tiempo contado entre el nacer y el morir que define el intervalo de cada vida, no es tarea a desdeñar pues que de ella se deriva bienestar, no sólo para quien las encuentra sino para todos aquellos que sean capaces de acceder al conocimiento necesario para continuar viaje aprendiendo de las experiencias de los que les precedieron. Y esto me da pie para entrar en el terreno por el que pretendo caminar hoy.

    19 abr 2013 / 17:23 H.

    Quiero hablar de la lectura, pues bien sabido es que ‘todo está en los libros’ y digo yo que si no todo, que sería encerrar el infinito, sí al menos gran parte del conocimiento que la especie humana ha sabido encontrar a lo largo y ancho de su ya extenso periplo sobre la faz de la tierra. Los libros y el saber que en ellos se guarda son el tesoro que cada generación transmite a todos sus descendientes, con la única finalidad de facilitarles el tránsito a lo largo y ancho de la vida. La ciencia, la cultura, la historia, el amor, la belleza, la poesía, todo lo que el hombre es capaz de hacer o imaginar está en los libros. Sólo hay que hacer un pequeño esfuerzo para adentrarse en ellos y recrear en nuestra mente toda la experiencia o el saber que el autor ha vivido, querido o sabido expresar para nuestro mejor deleite.  En cada frase podemos tener un punto de apoyo para echar a volar nuestra imaginación y recrear situaciones o sentimientos que nos ofrecen nueva vida, parecida o diferente a la que hemos llevado hasta ese instante en el que nos hemos decidido a adentrarnos por las páginas del libro que tenemos en nuestras manos. Leer es un viaje a lo desconocido en el que aprovechamos la mente del autor, que nos acompaña como un guía, aunque el lector puede desconectar e interrumpir en cualquier momento, para luego continuar con otro estado de ánimo porque leer es un acto solitario que se hace en libertad buscando algo nuevo en el espacio y el tiempo. No es fácil enseñar a leer e inculcar el hábito de hacerlo a las nuevas generaciones, máxime cuando no predicamos con el ejemplo aquellos que nacimos antes de que la tecnología nos hiciese vivir en una sociedad apresurada en la que prima la inmediatez de la imagen sobre la profundidad de la palabra. Siempre es buen momento para disfrutar leyendo un libro.
    Escritor
    PACO CASAS