El Pilar del Arrabalejo y el Castillo aún esperan el bus

Nueve años de reivindicaciones les costó a los empresarios del “Nuevo Jaén” que, el pasado 4 de marzo, el autobús urbano por fin estrenara dos paradas en el polígono empresarial. Llevaban años denunciando que, pese a pagar impuestos como el resto de los ciudadanos, estaban dejados de la mano de Dios en cuanto al transporte público se refiere. Y, después de mucho insistir y de escuchar promesas que, finalmente, quedaban en papel mojado, lograron su objetivo. En este mandato, además, se reordenó el transporte público para cubrir toda la zona de El Bulevar.

09 may 2015 / 09:22 H.


Sin embargo, en un servicio cuya calidad queda manifiestamente en entredicho en cada encuesta y en cada dictamen del Consejo Económico y Social (CES) local a las subidas tarifarias, todavía quedan asignaturas pendientes. Zonas de la ciudad a las que aún no llega el autobús. El Pilar del Arrabalejo es uno de esos barrios. Como explica el presidente de la asociación de vecinos, Juan Martínez, Millán de Priego es una de las principales salidas de la ciudad, desde el centro-sur hasta la carretera de Córdoba. Advierte de que, en la zona, viven muchos mayores con movilidad reducida y se lamenta, con amargura: “Se tienen que desplazar hasta la parada de Cubero, en Virgen de la Capilla, porque somos el único barrio que continúa sin enlace de autobús”.
Según el dirigente vecinal, hace “7 u 8 años” que “pelean” por que el transporte público urbano pase por esta conocida arteria de la capital, frontera urbanística entre el casco antiguo y la ciudad que empezó a crecer hacia el norte, fundamentalmente, en el siglo pasado. “Pero ahí está todavía”, se queja Martínez, que agrega que no cejarán en sus reivindicaciones hasta conseguir su propósito. Ya sea más tarde o más temprano.  
No obstante, en materia de transporte público urbano, no es la única zona “descubierta” de la capital. Si hay un caballo de batalla notorio entre el Ayuntamiento y la concesionaria del servicio, Herederos de José Castillo Castillo, ese es el trayecto hasta el cerro de Santa Catalina. Los ciudadanos tienen que recurrir al vehículo privado o a la fortaleza de sus piernas para poder disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece la cima sobre la que se yergue el Castillo y de la tranquilidad que se respira en las inmediaciones.
Pero el empresario no cede. Según ha expuesto en alguna ocasión y no sin impotencia la concejal de Cultura, Cristina Nestares, Miguel Ángel García Anguita era edil de Tráfico cuando, por primera vez, ella intentó que un autobús urbano llegara hasta el Castillo. Ha seguido reivindicándolo en este mandato, pidiendo un trenecito turístico, pero siempre de forma infructuosa. El gerente de la concesionaria —llegó a explicar la concejal— “parte de que habilitar un autobús o un trenecito sería deficitario y quiere que el Ayuntamiento haga como con el transporte urbano y le pague la diferencia de los asientos que se le quedarían vacíos”. Pero concluyó: “La empresa también tendría que apostar por Jaén”.