El pico de 40 grados amenaza la floración y preocupa al olivarero

De hecho, los agricultores no recuerdan un año con tanto calor durante unos días. Por eso, están preocupados. Muchos achacan la baja cosecha de este año a las jornadas de intenso calor del pasado. Cuentan que el sol quemó muchas flores, algo que se unió a la vecería del propio cultivo. A diferencia de ahora, las temperaturas fueron algo más bajas, pero se prolongaron durante más días. El sol con 42 grados de temperatura puede secar los pistilos de la flor y, consecuentemente, reducir la polinización.

El secretario general de COAG, Juan Luis Ávila, reconoce que existe preocupación. “Se trata de un pico de calor que carece de precedentes. No recuerdo 40 grados en plena floración. Lo que ya se ha abierto y está cuajado, no corre peligro. En cambio, hay flores que comienzan a abrirse y preocupan. No obstante, depende del sitio, de la orientación y de muchas otras cuestiones para ver el impacto. No tengo claro cómo puede afectar, pero sí considero que el calor acelerará las flores y puede reducir su fertilidad”, afirma Juan Luis Ávila.
Asimismo, este biólogo, agricultor y secretario general de COAG en Jaén afirma que existen muchas comunidades de regantes que han acelerado los riegos durante las noches. “El precio del aceite anima a regar y existe miedo a que las altas temperaturas mermen la cosecha, por lo que el agua sirve para refrescar el ambiente”, concluye.

Sin embargo, afortunadamente para los olivareros y, a la par, para la economía jiennense —a diferencia del sufrimiento de los alérgicos—, la polinización ahora mismo es impresionante. Jaén alcanza unos niveles de polen muy elevados, pese a que no ha caído demasiada lluvia. Se debe a que las nubes han sido tremendamente eficientes porque han soltado poca agua, pero lo han hecho en momentos clave en los que el cultivo ha recibido las precipitaciones con ansiedad y le han beneficiado mucho. Ahora solo toca esperar el resultado de las altas temperaturas y su efecto en las flores.