El Paseo, un patio lleno de diversión
Los juegos tradicionales fueron el hilo conductor de una jornada de diversión que atrajo a cientos de personas hasta el Paseo de los Álamos. La iniciativa, promovida por el Ayuntamiento en colaboración con las asociaciones de madres y padres, fomentó la convivencia.

La quinta edición de “A jugar a la calle” destacó por su alta participación, a pesar de que el día comenzó plomizo y con lluvias débiles. Los contenidos de la propuesta consistieron en talleres y en juegos tradicionales.
Entre los divertimentos que se practicaron en el principal parque de Alcalá la Real estaban el baile de la silla, los bolos, la botella, las canicas, las carreras de sacos, el cazalatas, las chapas, la comba, la cucaña, el elástico, el hula-hoop, la cuerda, la goma, la quemá, los recortables o los trompos. Además, no faltó un itinerario para conocer las plantas de esta zona verde. En cuanto a los talleres, los hubo de pintacaras, pintaúñas, tatuajes, piedras, pulseras y globoflexia. La convocatoria duró cuatro horas, concretamente entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche, y congregó a personas de diferentes edades.
La iniciativa de las áreas municipales de Educación, Juventud, Salud, Consumo, Participación Ciudadana, Igualdad y de Servicios Sociales contó con la presencia de niños y familiares de los menores procedentes del casco urbano, de las aldeas e, incluso, de otros municipios. Los talleres corrieron a cargo de las asociaciones de madres y padres y de otros colectivos alcalaínos. Voluntarios, entre ellos los de Protección Civil, cooperaron en la propuesta primaveral.
El Ayuntamiento aportó el material y ofreció una merienda saludable, consistente en pan, aceite de oliva, cacao y fruta. Según fuentes municipales, la iniciativa persigue, entre otras cuestiones, fomentar la imaginación, la colaboración y la diversión con propuestas de juegos en grupo y al aire libre, con la intención de promover el ocio sin que vaya ligado, necesariamente, a tener que gastar dinero para pasárselo bien. El concejal de Educación, Rafael Cano, explicó que la pretensión era que los menores aprendieran a pensar y sentir en una jornada de convivencia intergeneracional en la que los mayores evocaron juegos de antaño.