23 jul 2014 / 22:00 H.
El parque de La Victoria o La Concordia, o el de los patos de toda la vida, yace en el olvido de nuestro Ayuntamiento. No es la primera vez que me quejo de esto pero es que ahora, en pleno verano jaenero, donde las sombras en los parques hay que buscarlas y rebuscarlas, se me convierte en el único parque al que se puede acceder antes de las nueve de la noche. Y claro, llegas allí y hay suciedad por la parte de los patos, donde las vallas se mueven, el agua está sucia y los pobres escondidos entre los cuatro matorrales pobres que cercan la cerca. Si continúas, por el lateral, el paseo de las bicicletas se convierte en el terror de las bicicletas, de baches que hay, vamos, que no me imagino yo a mi hijo felizmente con su bici sin acabar con algún diente roto. Y ya, si llegamos al de los columpios llévate las manos a la cabeza y llora. Van desapareciendo poco a poco las zonas de juegos, seguramente debido a que se han terminado por caer o suponen un peligro para los niños. Astillados los que son de madera, rotas o sueltas las partes que no son de madera, vamos, una alegría.