El paro odia las elecciones
El paro baja en Jaén. También lo hace en Andalucía y en España, pero la diferencia radica en que aquí no ha pasado nada extraordinario en los últimos meses. Más bien, la mala cosecha de la aceituna ha disipado todavía más las mínimas esperanzas de recuperación que vislumbraban los hombres y las mujeres de esta tierra. Sindicatos, empresarios y partidos políticos tienen recetas diferentes para caminar hacia la creación de empleo y, a la par, culpables diversos de lo que ahora ocurre.

Sin embargo, todos coinciden en que la recuperación se nota muy poco en Jaén. Es verdad que se ha dejado de caer, pero el “pozo” acaba por desesperar y hasta puede “ahogar” cuando se pasa mucho tiempo dentro de él. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social acaba de publicar los últimos datos que reflejan la situación de paro en la provincia. Existen 67.114 personas apuntadas en el registro oficial de demandantes de empleo. Mayo acabó con 338 menos que el mes anterior, lo que conlleva una caída del 0,50%. Resulta tan baja que suena hasta a insignificante. No obstante, la gravedad de la situación económica va más allá de que suba el desempleo algunos cientos de personas durante un mes y baje otros cientos al siguiente. El drama real radica en que Jaén se muestra como la provincia española que tiene más paro que hace un año.
Por este motivo, todos coinciden y nadie discrepa en que la recuperación aquí no ha llegado. Existen 146 desempleados más que en mayo de 2014, lo que conlleva un auge del 0,22%. Mientras, el resto pierde demandantes de un puesto laboral remunerado. Asimismo, mientras que el Ministerio de Empleo avala una caída del paro en 338 personas durante el pasado mes, la Seguridad Social deja claro que cuenta con 827 cotizantes menos, lo que hace que 218.978 jiennenses contribuyan a las arcas públicas con su actividad laboral. Esto se puede interpretar desde distintas cuestiones y habría que realizar un estudio en profundidad para ver lo ocurrido. Puede ser que existan jiennenses que cobraran prestación y la hayan perdido —el subsidio aporta a las arcas públicas— o que se contabilicen menos desempleados y, a la par, caigan los afiliados porque los sin trabajo “pasen” de los servicios de empleo y no renueven la oferta o se marchen a otras provincias o países. No obstante, sea lo que sea, esto deja claro que la economía jiennense no marcha bien y que el mercado laboral se resiente constantemente. Tampoco ha ayudado la baja cosecha, que ha debilitado aún más el consumo.
Mayo es un mes malo. En Jaén no suelen producirse incentivos que activen la contratación, por lo que resulta extraño, a priori, que baje el desempleo, pese a que en España y en Andalucía lo ha hecho. Más bien, puede obedecer al periodo electoral. Durante las primeras semanas se han visto muchas obras en los pueblos de alcaldes y concejales ansiosos por finalizar los proyectos antes de la cita con las urnas. Algunas, incluso, han tenido que reforzar la plantilla para acabar a tiempo. También se han dado jornales para arreglar rotondas, jardines, calles y plazas, por lo que algunos hombres y mujeres han disfrutado de contratos que, a la par, han sido efímeros. No hay duda que al paro no le gustan las elecciones porque disminuye el número de personas a la que tiene “atrapadas”, al igual que tampoco a los que concurren a los comicios les gusta hacerlo con tanto paro.