El Papa pide paz por un mundo dividido por la codicia en la Misa de Pascua

El Papa Francisco ha pedido "paz a todo el mundo, aún tan dividido  por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el  egoísmo que amenaza la vida humana y la familia, desgarrado por la  violencia ligada al tráfico de drogas, la trata de personas y la  explotación inicua de los recursos naturales", durante su mensaje  pascual después de celebrar la Misa del domingo de Pascua de la  Resurrección del Señor en la Plaza de San Pedro y al terminar ha  impartido la bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la  Basílica Vaticana.

    31 mar 2013 / 16:30 H.

    La celebración ha comenzado con el rito del 'Resurrexit', que  incluye la veneración de un icono de Cristo Resucitado y el rito de  la aspersión con el agua bendita en recuerdo del bautismo, como acto  penitencial que introduce a la celebración de los santos misterios  del Señor.
    La proclamación del Evangelio se ha llevado a cabo sólo en latín,  y no en griego también como habitualmente se hace en las  solemnidades, por el deseo del Papa de simplificar la ceremonia. El  Papa ha celebrado sin concelebrantes, pero los cardenales diáconos  que lo asistieron fueron el arcipreste de la Basílica de San Pedro,  el cardenal Angelo Comastri y el cardenal Raffaele Farina. Además, el  Pontífice no ha pronunciado la homilía porque después de la Misa ha  dado el mensaje pascual en el cual ha solicitado Paz para Oriente  Próximo, Iraq, África y Asia.
    Así, el Papa Francisco ha pedido por la paz en Oriente Próximo "en  particular entre israelíes y palestinos, que tienen dificultades para  encontrar el camino de la concordia, para que reanuden las  negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner  fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo". También ha  solicitado la paz para que en "Iraq cese definitivamente toda  violencia, y, sobre todo, para la amada Siria, para su población  afectada por el conflicto y los tantos refugiados que están esperando  ayuda y consuelo".
    Además, ha rezado por la paz en África que es "escenario aún de  conflictos sangrientos", por Malí "para que vuelva a encontrar unidad  y estabilidad", por Nigeria "donde lamentablemente no cesan los  atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes, y  donde muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes de grupos  terroristas", por el este de la República Democrática del Congo y la  República Centroafricana "donde muchos se ven obligados a abandonar  sus hogares y viven todavía con miedo".
    También, ha solicitado la paz en Asia "sobre todo en la península  coreana, para que se superen las divergencias y madure un renovado  espíritu de reconciliación". Así, el Papa Francisco ha solicitado por  la "paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes  buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida  humana y la familia, desgarrado por la violencia ligada al tráfico de  drogas y de personas y la explotación inicua de los recursos  naturales" y ha agregado: "Paz a esta tierra nuestra" para que "Jesús  Resucitado traiga consuelo a quienes son víctimas de calamidades  naturales" así como ser "custodios responsables de la creación".
    El Pontífice ha señalado que es una "gran alegría" al comienzo de  su ministerio poder anunciar que "Cristo ha resucitado" y ha  destacado que querría "llegar a todas las casas, a todas las  familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los  hospitales, en las cárceles" para llegar "sobre todo al corazón de  cada uno, porque es allí donde Dios quiere sembrar esta Buena  Nueva".
    En este sentido, el Papa ha remarcado "Jesús ha resucitado, hay  esperanza para ti, ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal.  Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia" y ha explicado que  el evento de la resurrección significa que "el amor de Dios es más  fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios  puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de  desierto que hay en el corazón".
    Además, el Pontífice ha destacado que "Jesús no ha vuelto a su  vida anterior, a la vida terrenal, sino que ha entrado en la vida  gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra humanidad" y así  "ha abierto a un futuro de esperanza" porque la Pascua es "el paso  del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del  amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria es el  hombre vivo".
    A su vez, el Papa Francisco ha remarcado que como "Cristo murió y  resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la  resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del  bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos  concretos de la vida, en la vida cotidiana" ya que el ser humano debe  atravesar 'desiertos' también hoy.
    En concreto, el Pontífice ha destacado que el hombre debe  atravesar "sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta  el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser  custodio de todo lo que el Creador ha dado y da" pero ha agregado que  "la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más  árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos".
    En este sentido, el Papa Francisco ha invitado a todos a "acoger  la gracia de la Resurrección de Cristo" para dejarse "renovar por la  misericordia de Dios". "Dejemos que la fuerza de su amor transforme  también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta  misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la  tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la  paz", ha señalado.
    Así, el Pontífice ha pedido a Jesús resucitado transformar "la muerte  en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra  en paz. Sí, Cristo es la paz" y ha implorado que por medio de él "la  paz para el mundo entero".

    BENDICIÓN URBI ET ORBI
    Al finalizar la Misa, el Papa ha felicitado personalmente a cada  uno de los cardenales y después en el jeep ha recorrido los pasillos  de la plaza de San Pedro para saludar y bendecir a los fieles que  abarrotaban la Plaza de San Pedro. Después se ha trasladado a la  logia central de la Basílica para impartir la bendición Urbi et  Orbi.
    El Urbi et Orbi se imparte durante el año sólo en dos ocasiones,  el domingo de Pascua y el día de Navidad, 25 de diciembre. Esta  bendición confiere la indulgencia plenaria bajo las causas previstas  por la iglesia y los efectos se cumplen para los fieles que la  reciben con fe y devoción en la Plaza de San Pedro y a todos los que  la escuchan a través de los medios de comunicación. El Papa ha sido  asistido por el cardenal protodiácono Jean-Louis Tauran y el  arcipreste de la Basílica de San Pedro, el cardenal Angelo Comastri.
    La decoración floral en esta festividad pascual ha sido compuesta  por 40.000 flores y plantas provenientes de Holanda, por lo que se  trata de la vigésima octava vez consecutiva que el domingo de pascua  es adornado por flores holandesas. En la Plaza de San Pedro se han  creado diversos 'jardines' principalmente de color amarillo y blanco  y en decenas de lugares se colocan arreglos de flores grandes. La  'logia' ha sido decorada con rosas blancas junto a orquídeas.