El Papa Francisco

Suficientes cuatro palabras. Suficientes cuando el corazón y la mente siguen dependiendo de Dios y Él nos marca las veredas, mejor vereda más que camino. Cada uno marca su religiosidad en función de todo lo pasado. Pero ojo porque el concepto todo nunca se sabe donde y cuando se cierra o abre. La tarde anterior a la salida del anterior Papa, vi las Sandalias del Pescador.

    21 mar 2013 / 17:03 H.

    ¿Qué importancia tiene esto? No lo se, tan solo la coincidencia que al día siguiente dimite el Papa. Me daba igual. Me daba igual porque para mi tan solo Dios es mi guía. He vivido demasiado y en unos años muy particulares como para encontrar otro nexo que no sea solo Dios. La tarde en que sale la blanca, me mandan un mensaje diciéndome que “fumata blanca” y mis palabras es “que me daba igual” y además desde la más honda sinceridad y después de no recordar más que a Juan XXIII, al Papa Bueno, que al parecer tuvo poca importancia. Llega el momento en que aparece el nuevo Papa y resulta que es ¡Jesuita! ¡Que tremenda sorpresa! El padre Arrupe, tantas y tantas cosas parece que resucitan. Su últimas palabras fueron Amén y que vendría Aleluya. Y hay un hombre llamado Francisco en el que a los dos días me inspira confianza aunque ya se sabe el trabajo que le espera y las piedras que se encontrará. Pero Dios, sigue ahí y seguirá. No escribo de nada de religión ni ya en debates. Me quedo en Corintios I-13: “Sobra mucho oro y falta caridad”. Es un Jesuita, no lo olvidemos. Bien mandado por Dios, Francisco.
    Escritor
    Félix Martínez