El país de las ma-ere-villas

Mientras los románticos andaluces —de los que aún queda un leve reducto— siguen intentando idealizar y cantar todo lo bello, que lo tiene de sobra, de nuestra región, otros desalmados están cambiando esta Andalucía de maravillas en el país de las ma-ere-villas. Han metido el vergonzoso negocio de los ERE por medio y han reventado el encanto de una región pero, incomprensiblemente, no han logrado despertar a los andaluces de su sueño —creo que producto de un somnífero artificial— de siglos. Ya ni nos damos cuenta que hemos dejado de responder a esa vacua definición de país de pandereta. Ahora estamos siendo país sólo de “dereta”, porque hasta el pan nos lo están quitando los políticos corruptos, que por estos pagos florecen como las ortigas en primavera, aunque sus picaduras hacen mucho más daño. Un observador imparcial se queda atónito cuando va comprobando que el suelo del gobierno andaluz está casi totalmente podrido. Ha bastado levantar una baldosa para comprobar que la del al lado también estaba podrida. Y la siguiente, y la otra, y, el vergonzoso asunto de los ERE clama al cielo, aunque el cielo no suele impartir justicia en la tierra. La jueza Alaya tira de la alfombra y no cesa de aparecer basura bajo ella. Y es que ¿tan ineptos y despreocupados han sido los presidentes de nuestra Autonomía que ni siquiera percibieron el más leve tufo del mayor basurero andaluz? Pues todavía quedan incautos en nuestra región que se lo creen. La alfombra que cubre la basura de los ERE se ve que es mucho más larga que la alfombra de los desfiles de Cibeles. Cada día, queda un nombre al descubierto, y si la jueza sigue tirando llegará al principio, al lugar donde se tejió esta trama impresentable. Ahora la que está con el trasero medio al aire es Magdalena Alvarez, una destacada política del Partido Socialista que ha hecho sonrojar en más de una ocasión a sus correligionarios por sus mayúsculos despistes en sus intervenciones parlamentarias. Y no crean, la señora Alvarez ha sido consejera, ministra, parlamentaria europea y es vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones. Pero no se entera de nada. Quizás la clave esté en que también fue profesora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y, claro, si ha seguido “a distancia” no extraña que no se entere de nada.

EL CHASCARRILLO

Martingalas fiscales
-¡Qué vergüenza! El Gobierno me baja el impuesto de un mísero sueldo que no me da para vivir y me sube el IVA de los artículos que si necesito para subsistir.

19 mar 2014 / 23:00 H.