El padre de una de las niñas de Alcàsser dice que se equivocó , pero "volvería a hacerlo"

Fernando García, padre de una de las tres adolescentes asesinadas  en Alcàsser en 1992, reconoció hoy, durante el juicio que se celebra  contra él por calumnias en el juzgado de lo penal número 2 de  Valencia, que se equivocó en algunas de las afirmaciones que vertió  en el programa “El juí d'Alcàsser”, de la televisión autonómica  valenciana por lo que pidió perdón.

    23 feb 2009 / 16:17 H.

    No obstante, destacó que "la  rabia es la rabia" y que "el dolor es el dolor" y que por eso, dijo,  "a veces se dicen este tipo de cosas". Así, matizó que, a pesar de  que no tenía voluntad de ofender a nadie, "volvería a hacerlo otra  vez". García se expresó en estos términos a preguntas de su abogado  durante el juicio que comenzó hoy contra él, el criminólogo Juan  Ignacio Blanco, y dos periodistas de la televisión pública valenciana  por las declaraciones que se vertieron en el programa “El juí  d'Alcàsser” contra el ex fiscal jefe del Tribunal Superior de  Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) Enrique Beltrán, la  Guardia Civil, forenses y los magistrados que juzgaron y condenaron a  Miguel Ricart a 170 años de cárcel por el asesinato, rapto y  violación de las tres jóvenes de Alcàsser. En todo momento, García, que aseguró que se sentía "mental y  emocionalmente preparado" para participar en aquel momento en un  programa de televisión, afirmó que no recordaba prácticamente nada de  lo que dijo. "No recuerdo si fue exactamente así"; "Necesitaría ver  el contenido de la grabación, sino, no lo recuerdo"; "No recuerdo  haber escuchado esas expresiones", aseguró. En este punto, preguntado por si se acordaba de que criticó que  había confabulación, indicó que ésta era una forma de expresión, "a  lo mejor errónea", puntualizó. Preguntado por si mantenía la  afirmación de que la Guardia Civil torturó a Ricart, afirmó que "era  lo que él dijo", en referencia al único detenido y condenado por el  triple crimen. No obstante, lo que sí subrayó es que "nunca" había dado nombres  de nadie. "Jamás he nombrado el nombre de nadie", dijo en referencia  a su participación en los programas de televisión. Al mismo tiempo,  destacó que la finalidad de sus afirmaciones no era otra más que la  de emitir su opinión. Puso como ejemplo que cuando dijo que faltaban  fotografías intermedias del levantamiento de los cadáverers, que era  "una forma de expresar su opinión", al igual que cuando afirmó que  había confabulación. "Me es muy difícil -insistió- recordar frases y lo que no quiero  tampoco es equivocarme", dijo a preguntas de su letrado. Sin embargo,  pidió perdón aunque afirmó que "volvería a hacerlo otra vez". "No  tenía voluntad de ofender a nadie, pero la rabia es la rabia y el  dolor es el dolor", por eso, agregó, "a veces se dicen este tipo de  cosas". En ese momento, --se emocionó-- "sólo quería saber quién  había matado a mi hija. Me equivoqué tanto que pido perdón otra  vez". En este momento, pidió que "cualquiera" de la sala se pusiera en  su lugar porque "sólo" tenía "dolor en el corazón" por perder a una  hija, además de "impotencia" porque a su alrededor "sólo había  vacío". Afirmó que el dolor era "tan sumamente grande" que la rabia  "tenía que contenerla". "Desde pequeño mi padre me ha enseñado a  respetar a todo el mundo, y yo lo he hecho, pero a mí no me respetan,  matan a mi hija y aquí estoy, acusado, pasando vergüenza", afirmó.  Por último, Fernando García aseveró que cuando acudía al programa de  televisión, nadie le decía lo que tenía que comentar. "No recibí  instrucciones de nadie", aseveró, y añadió que les pedían que fueran  respetuosos. Por su parte, el criminólogo Juan Ignacio Blanco, quien compareció  voluntariamente después de que el pasado viernes el juez dictara  orden de detención contra él tras no presentarse "injustificadamente"  en el juicio después de numerosas suspensiones, sólo quiso responder  a preguntas de su letrado. Blanco declaró que en sus intervenciones en los programas "decía  lo que consideraba oportuno" puesto que, según comentó, no había nada  pactado y nadie le daba "ninguna contraseña" de lo que tenía que  decir. Aseveró que no tenía ánimo de difamar o de ofender, puesto que  no había tenido "el gusto/disgusto de conocer a Beltrán o a los  guardias civiles. Yo no tengo nada contra esas personas, ni he tenido  ningún interés". Lo que hizo, según expuso, fue valorar el trabajo de estos  especialistas, que en ese momento y ahora lo considera "malo" porque  "se hicieron muchas cosas mal". En su opinión, durante la  investigación e instrucción, "se cometieron muchos errores e  irregularidades. Las cosas se hicieron francamente mal y el 'caso  Alcàsser' sigue sin solución real", lamentó. Por otro lado, la presentadora del programa, Amalia Garrigós,  declaró que su "única" función era la de moderar, y que había un  guión indicativo que debía seguir, diferenciando "bien" lo que era  información de opinión. También indicó que "muchas veces" intentó  evitar que se elevara el tono de las afirmaciones durante el  programa, aunque en otras ocasiones tenía cortar cuando ya se había  producido. No obstante, reiteró que sólo pedir a los participantes  que no hicieran descalificaciones personales. Así, el director del programa, Ferran Pérez, corroboró esta  versión, y afirmó que "ni la presentadora, ni los redactores ni yo  opinábamos", y afirmó que no podía valorar si en las intervenciones  había descalificaciones. También dijo que fue el director de la  cadena el que le propuso dirigir el programa, y que cuando le llamó  ya estaba prácticamente diseñado. Además, señaló que momentos antes de emitirse el programa,  desconocía las opiniones que iba a realizar García, y aseveró que  "muchas veces bajamos para tranquilizar los ánimos y disminuir el  tono". Así, aseveró que intentaba estar pendiente "en todo momento"  del programa, aunque "no siempre podía escucharlo todo", destacó.