10 may 2009 / 09:15 H.
La capital renacentista de Úbeda se transforma también durante un mes en el máximo exponente de la Cultura con mayúsculas, para acoger por vigesimoprimer año consecutivo la celebración del Festival Internacional de Música y Danza que lleva su nombre. La monumental ciudad y sus habitantes viven como algo suyo la prestigiosa cita y es ese orgullo sano el que otorga un valor añadido más al completo programa de actuaciones. Porque, además de un plantel de artistas de auténtico lujo, el festival cuenta con el respaldo amplio y consolidado de empresas e instituciones tanto públicas como privadas, un apoyo que se sostiene y crece con el paso de los años, como símbolo del cariño que la sociedad ubetense y la jiennense por extensión tienen de esta ambiciosa iniciativa. El nombre de Úbeda se ha ganado un hueco por derecho propio en los festivales internacionales del más alto nivel y el preparado para esta ocasión plantea también oportunidades únicas de disfrutar de orquestas, grupos o solistas de una espectacular talla profesional. Por primera vez, este año se ha buscado un hilo conductor para toda la programación y ese ha sido la voz que, al fin y al cabo, no deja de ser un instrumento musical. Sobre ese eje pivota un excepcional guión de actuaciones con auténticos mitos vivientes de la escena. Y, como en ocasiones anteriores, también los más pequeños, la cantera de futuros espectadores, tiene su espacio en el Festival de los Niños, una forma de acercar a los menores al placer de la cultura. Acaba de empezar este fin de semana y, hasta el próximo 6 de junio, se presentan oportunidades sobradas para acudir a la ciudad Patrimonio de la Humanidad a disfrutar de actuaciones con la máxima calidad como sello distintivo. Ese es su principal marchamo, su carta de presentación que va engrandeciéndose con las sucesivas ediciones. Una oportunidad única que no se puede dejar pasar.