El número de reclusos baja por vez primera desde que abrió la cárcel
Rafael Abolafia / Jaén
El Centro Penitenciario de Jaén llegó a albergar en septiembre 778 reclusos. Un récord absoluto al que se llegó después de una escalada sin precedentes. A día de ayer, la cárcel tenía 680 internos. La apertura de nuevos presidios en El Puerto y Morón ha aliviado la grave situación de saturación, aunque sólo en parte.

El Centro Penitenciario de Jaén llegó a albergar en septiembre 778 reclusos. Un récord absoluto al que se llegó después de una escalada sin precedentes. A día de ayer, la cárcel tenía 680 internos. La apertura de nuevos presidios en El Puerto y Morón ha aliviado la grave situación de saturación, aunque sólo en parte.
Las fuentes sindicales consultadas por Diario JAEN confirman que es la primera bajada de la población reclusa del Centro Penitenciario desde su puesta en marcha, en el año 1991. Durante todo ese tiempo, el número de “inquilinos” de las celdas no hacía nada más que aumentar. El presidio jiennense siempre había estado saturado. Fue diseñado para albergar a 350 presos, pero siempre ha habido muchos más. De hecho, desde hace casi tres años, el Centro Penitenciario de Jaén ha estado de forma permanente al doble de su capacidad y, en septiembre, alcanzó su récord absoluto, con 778 internos.
La curva es descendente por primera vez en los últimos diecisiete años. ¿Por qué? Se han producido traslados masivos de reclusos desde la prisión ubicada en Las Infantas a las cárceles inauguradas este año en Morón (Sevilla) y en El Puerto de Santa María (Cádiz). Portavoces sindicales aseguran que se ha producido un alivio en la “grave situación de saturación”, aunque recuerdan que la tasa de hacinamiento todavía está cercana al 200 por ciento. No obstante, esperan que se mantenga la tendencia a la baja porque las nuevas prisiones todavía no están llenas y hay otras que se están construyendo en la actualidad.
Hay que recordar que todas las celdas, que en principio son individuales, están equipadas con dos literas. Esta práctica es contraria al reglamento, ya que la norma dice que los internos deben estar solos en sus celdas. La masificación afecta a las zonas comunes, esto es, comedor, patios, salas de estar... No hay sitio para todos en los talleres y actividades que hacen que el tiempo entre rejas pase más rápido. También los programas dirigidos a la reinserción (el fin al que la Constitución consagra el confinamiento penitenciario) se complican en un recinto tan hacinado. De hecho, alrededor del 70 por ciento de los reclusos son reincidentes. Los sindicatos agregan que la saturación se nota en la convivencia diaria del centro. De hecho, se da la circunstancia de que la falta de espacio aumenta la agresividad de los reclusos, por lo que también se incrementa, de forma significativa, el número de peleas e incidentes.
El problema de masificación no es exclusivo de Jaén. Veinte cárceles tienen una tasa de hacinamiento por encima del 200 por ciento.